El borrador fue presentado ante el repunte de raptos y el uso de fondos para financiar el terrorismo
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El Senado de Nigeria ha aprobado un proyecto de ley para prohibir el pago de rescate a secuestradores ante el repunte de los raptos por parte de bandas criminales armadas, que utilizan estos fondos para financiar nuevos ataques en pleno repunte de la inseguridad en el país africano.
El senador Opeyemi Bamidele ha defendido durante la presentación del proyecto que el objetivo del mismo es «disuadir el aumento de los secuestros para obtener rescates en Nigeria, que se está extendiendo rápidamente en el país», según ha informado el diario nigeriano ‘Vanguard’.
Así, ha recalcado que estos hechos tienen lazos con asuntos sobre financiación del terrorismo en el país y ha agregado que elevaría los estándares para impedir el blanqueo de dinero por parte de estos grupos. En este sentido, ha dicho que el proyecto «evitará que Nigeria sea incluido en la ‘lista gris’ de la Fuerza de Acción Financiera, lo que tendría consecuencias negativas y podría derivar en sanciones internacionales».
Bamidele, quien es además presidente del Comité Judicial del Senado nigeriano, ha hecho hincapié en que el documento prohíbe el pago de dinero para «la liberación de cualquier persona confinada, encarcelada ilegalmente o secuestrada», tal y como ha recogido la agencia de noticias Bloomberg.
Por su parte, el presidente del Senado, Ahmad Lawan, ha manifestado que el proyecto de ley, de ser aprobado y ratificado por el presidente, Muhammadu Buhari, «reforzaría los esfuerzos de este Gobierno en la lucha contra el terrorismo, el secuestro y otros actos y vicios relacionados».
«Es un marco de legislación que puede suponer un giro no sólo para la situación de seguridad en Nigeria, sino incluso para el destino económico de nuestro país», ha argüido, según el diario ‘Punch’. El proyecto ha sido enviado ante la Cámara Alta de cara a su próxima votación.
Los ataques en Nigeria, anteriormente centrados en la zona noreste del país –donde operan Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA)– se han extendido durante los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales, muchas de las cuales viven del secuestro de estudiantes.