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El tamaño ayudó a nadar a reptiles marinos extintos de cuello largo

Científicos de la Universidad de Bristol han descubierto que el tamaño del cuerpo es más importante que la forma para determinar la economía energética de los animales acuáticos al nadar.

S. GUTARRA DÍAZ (Sebastian Carrasco/Europa Press)

MADRID, 28 (EUROPA PRESS)

Científicos de la Universidad de Bristol han descubierto que el tamaño del cuerpo es más importante que la forma para determinar la economía energética de los animales acuáticos al nadar.

Este estudio, publicado en Communications Biology, muestra que los cuerpos grandes ayudan a superar el exceso de resistencia producido por la morfología extrema, desacreditando una vieja idea de que existe una forma corporal óptima para la baja resistencia.

Un hallazgo importante de esta investigación es que los grandes cuellos de los elasmosaurios extintos agregaron resistencia adicional, pero esto fue compensado por la evolución de cuerpos grandes.

Los tetrápodos o ‘vertebrados de cuatro extremidades’ han regresado repetidamente a los océanos durante los últimos 250 millones de años, y vienen en muchas formas y tamaños, desde ballenas modernas aerodinámicas de más de 25 metros de largo hasta plesiosaurios extintos, con cuatro aletas y cuellos extraordinariamente largos, e incluso ictiosaurios extintos con forma de pez.

Los delfines y los ictiosaurios tienen formas corporales similares, adaptadas para moverse rápido a través del agua produciendo poca resistencia o arrastre. Por otro lado, los plesiosaurios, que vivieron junto a los ictiosaurios en la Era Mesozoica, tenían cuerpos completamente diferentes. Sus enormes cuatro aletas que usaban para volar bajo el agua y las longitudes variables del cuello no tienen paralelo entre los animales vivos. Algunos elasmosaurios tenían proporciones realmente extremas, con cuellos de hasta 20 pies (6 metros) de largo. Es probable que estos cuellos les ayudaran a atrapar peces de rápido movimiento, pero también se creía que los hacían más lentos.

Hasta ahora, no estaba claro cómo la forma y el tamaño influían en las demandas de energía para nadar en estos diversos animales marinos.

La doctora Susana Gutarra Díaz, paleobióloga de la Escuela de Ciencias de la Tierra de Bristol y del Museo Nacional de Historia de Londres, quien dirigió la investigación, explicó en un comunicado: «Para probar nuestras hipótesis, creamos varios modelos 3D y realizamos simulaciones de flujo por computadora de plesiosaurios, ictiosaurios y cetáceos. Estos los experimentos se realizan en la computadora, pero son como experimentos con tanques de agua».

El Dr. Colin Palmer, ingeniero involucrado en el proyecto, dijo: «Demostramos que aunque los plesiosaurios experimentaron más resistencia que los ictiosaurios o las ballenas de igual masa debido a la forma única de su cuerpo, estas diferencias fueron relativamente menores. Descubrimos que cuando se toma el tamaño en cuenta, las diferencias entre los grupos se volvieron mucho menores que las diferencias de forma. También mostramos que la relación entre la longitud del cuerpo y el diámetro, que se usa ampliamente para clasificar a estos animales acuáticos como más o menos eficientes, no es un buen indicador de baja resistencia».

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