MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El líder de Hamás en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, ha alertado este sábado en un discurso de las consecuencias de la «continua ocupación» de la Mezquita de Al Aqsa, escenario de disturbios durante estas semanas en el mes sagrado de Ramadán.
«Los hechos indican el avance sionista gradual hacia el cambio de la situación histórica en la Mezquita de Al Aqsa mediante el aumento gradual de los asaltos de los colonos», ha detallado, refiriéndose al repunte de la violencia en la zona durante las últimas semanas.
Así, ha llamado a todas las facciones de la resistencia palestina a estar preparadas, ya que, según sus palabras, la batalla no terminará con el fin del mes de Ramadán, tal y como recoge un comunicado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Sinwar ha señalado que los partidarios israelíes planean asaltar de nuevo el lugar en el marco del Día Mundial de Al Quds, una festividad que se celebra en apoyo al pueblo palestino el último viernes del mes sagrado para los musulmanes.
La Explanada de las Mezquitas es el corazón religioso de Jerusalén Este y descansa en uno de sus laterales sobre el Muro de las Lamentaciones, último vestigio del Templo de Salomón judío, por lo que los musulmanes temen que Israel busque destruir la Mezquita de Al Aqsa –tercer lugar más sagrado del Islam– para construir un Tercer Templo judío en Jerusalén.
Recordando esta creencia asentada, Sinwar ha indicado en su discurso que la ocupación planea dividir Al Aqsa temporal y espacialmente como un primer paso para demolerla y construir el ansiado templo.
La Sala Conjunta que integran los brazos armados de Hamás y Yihad Islámica, consideradas como grupos terroristas por Israel, señalaron en mayo de 2021 que la bautizada como operación ‘Espada de Jerusalén’ continúa «para proteger al pueblo y los lugares sagrados», en lo que describió como «una batalla sagrada».
Refiriéndose a esto mismo, Sinwar ha destacado que «la espada de Jerusalén, que se capturó en Ramadán el año pasado, nunca será envainada hasta la liberación y el regreso» de la población palestina. Además, ha señalado que sus demandas «son los estándares mínimos que marca el Derecho Internacional».
«Hemos visto conciencias sensibles por el bien de los refugiados ucranianos, y nuestro pueblo ha estado sufriendo durante años y nadie nos ha prestado atención», ha dicho, agregando que dañar tanto Al Aqsa como Jerusalén empezar «una guerra religiosa regional».
En cuanto a las «operaciones heroicas» en Cisjordania, ha destacado que esto muestra que «la entidad (sionista) es más débil que la tela de una araña». Asimismo, ha saludado «a los héroes que han llevado a cabo los enfrentamientos en el asentamiento de Ariel cerca de Salfit».
Este mismo sábado, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, ha anunciado la detención de dos presuntos implicados en la muerte de un guardia de seguridad israelí que falleció tiroteado en la noche del viernes en el asentamiento de colonos israelíes de Ariel, en Cisjordania.
El atentado ha sido reivindicado por la Brigada de Mártires de Al Aqsa, considerada el brazo armado del movimiento palestino Al Fatá, que gobierna Cisjordania. «Asumimos la responsabilidad de la heroica operación de Ariel que se saldó con la muerte de un agente sionista. Es en respuesta a la agresión israelí en Jerusalén», explica un individuo enmascarado en un vídeo publicado en redes sociales.
Los palestinos, respaldados por gran parte del mundo árabe y musulmán, han protestado por las recientes incursiones de la Policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugrar sagrado del islam. Este año además coinciden en Jerusalén la celebración del Ramadán, la Pascua judía y la Semana Santa cristiana.