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Sri Sri Lanka entra en parálisis con el comienzo de la mayor huelga general desde su independencia

Sri Lanka ha comenzado este viernes la huelga general que han convocado más de 2.000 sindicatos del país en el principio de un movimiento de desobediencia civil a gran escala — un “hartal” — en solidaridad con los manifestantes que llevan pidiendo la dimisión del Gobierno desde hace meses, y que podría convertirse en un paro nacional indefinido la semana próxima si las autoridades no atienden sus exigencias.

MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

Sri Lanka ha comenzado este viernes la huelga general que han convocado más de 2.000 sindicatos del país en el principio de un movimiento de desobediencia civil a gran escala — un «hartal» — en solidaridad con los manifestantes que llevan pidiendo la dimisión del Gobierno desde hace meses, y que podría convertirse en un paro nacional indefinido la semana próxima si las autoridades no atienden sus exigencias.

El país ya había sido escenario el pasado 29 de abril de una huelga general pero el parón de este viernes ha contado con el respaldo del doble de sindicatos que la primera vez. Los hospitales funcionan con servicios mínimos, y los bancos, las instituciones educativas y el transporte público se encuentran paralizados, y solo los sindicatos afines al partido del Gobierno, el Frente Popular de Sri Lanka (FPSL) que lidera el acorralado primer ministro del país, Mahinda Rajapaksa, han rechazado una huelga simbolizada en las banderas y brazaletes negros que llevan sus participantes.

Las protestas de Sri Lanka comenzaron a principios de marzo en medio de una crisis económica como el país no ha conocido desde hace su independencia en 1948, marcada por subidas inasumibles en los precios del combustible, falta de acceso a los bienes de primera necesidad, cortes en el suministro eléctrico, niveles récord de inflación y una deuda externa acumulada de casi 50.000 millones de euros. La población responsabiliza de ello al primer ministro Rajapaksa y a su hermano y presidente del país, Gotabaya, al que acusan de prácticas de nepotismo y corrupción.

Los intentos de la oposición para destituir al primer ministro han fracasado hasta el momento por su dificultad para conseguir la mayoría parlamentaria necesaria, muy en buena parte porque varios grupos políticos están a la espera de la culminación de las conversaciones en curso entre el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para conseguir un préstamo salvavidas para la economía del país, y que podrían acabar suspendidas al menor indicio de inestabilidad política.

De hecho, esta semana el Gobierno ha afianzado su posición en el Parlamento al ganar una importante votación para elegir al vicepresidente de la cámara. Ranjith Siyambalapitiya, el candidato propuesto por el primer ministro, revalidó su cargo con 148 votos a favor de los 225 posibles, mientras que la propuesta de la oposición se ha quedado con 65 apoyos. No obstante, para ello fue necesario el respaldo de 40 diputados «disidentes», que en su momento abandonaron la coalición de Gobierno como protesta por su gestión de la crisis.

La Policía se encuentra en estado de máxima alerta y ha acusado a «ciertos grupos», según el portavoz Ajith Rohana, de presionar a los pequeños negocios para sumarse a este «hartal». Rohana ha declarado que, si bien la Policía «respeta los derechos otorgados al pueblo a través de la Constitución» también ha pedido a sus participantes que respeten el orden público, en declaraciones recogidas por el ‘Daily Mirror’.

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