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La tregua en Yemen deja un mes sin bombardeos de la coalición por primera vez desde el inicio de la guerra

La campaña de ataques aéreos ha dejado hasta ahora cerca de 9.000 muertos, según Yemen Data Project

La campaña de ataques aéreos ha dejado hasta ahora cerca de 9.000 muertos, según Yemen Data Project

MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

El mes de abril ha sido el primero desde el estallido de la guerra en febrero de 2015 en el que la coalición internacional que encabeza Arabia Saudí no ha llevado a cabo bombardeos en Yemen, tras la tregua mediada por Naciones Unidas que entró en vigor el 2 de abril como parte de los esfuerzos internacionales para intentar avanzar hacia una solución política al conflicto.

Según los datos publicados recientemente por Yemen Data Project, «abril supone un mes sin precedentes en más de siete años de campaña de bombardeos», que han dejado hasta la fecha 8.983 muertos y 10.243 heridos.

«Por primera vez desde febrero de 2015 no ha habido bombardeos de la coalición durante un mes entero», ha señalado, tras el comienzo de un alto el fuego de dos meses coincidiendo con el inicio del mes del Ramadán en el que la coalición y los huthis han intercambiado acusaciones sobre violaciones del pacto.

Así, ha hecho hincapié en que «se trata de la primera vez en la que un periodo de alto el fuego ha derivado en una suspensión total de los bombardeos» y ha recordado que en situaciones anteriores «los ataques aéreos descendieron, sin llegar a parar totalmente».

«El alto el fuego en la guerra aérea se mantuvo pese a las informaciones sobre la continuación de las operaciones militares sobre el terreno», ha indicado, antes de recalcar que «esta pausa sin precedentes en la campaña de bombardeos llegó después de un aumento significativo de la guerra aérea de la coalición en el primer trimestre de 2022».

En este sentido, Yemen Data Project ha señalado que durante este periodo los bombardeos y el número de cifras de víctimas civiles «alcanzaron máximos de cuatro años», con 471 víctimas civiles entre enero y marzo, la cifra más alta desde principios de 2018. La cifra es 40 veces superior a la del mismo periodo en 2021.

«Durante el primer trimestre de 2022, el número medio de víctimas civiles en cada bombardeo se quintuplicó sobre la media de 2021», ha dicho el organismo, que ha recordado que este repunte de los bombardeos coincidió con el fin del mandato del único mecanismo internacional para investigar violaciones del Derecho Humanitario y crímenes de guerra en Yemen.

Por ello, ha reseñado que hasta el momento se han documentado 25.054 ataques aéreos por parte de la coalición internacional, incluidos 178 en marzo, el último mes antes del inicio de la tregua. El número mensual más alto fue registrado en septiembre de 2015 –con 920 ataques–.

El mes de septiembre de 2015 fue además el más mortífero, con más de 750 civiles muertos, mientras que abril de 2015 fue en el que se documentó un mayor número de víctimas, con 1.745 entre muertos y heridos.

«Los datos de Yemen Data Project son los más conservadores. El verdadero número de bombardeos se sitúa entre el mínimo de 25.054 y un máximo de 75.157 desde marzo de 2015», ha recalcado el organismo en su página web.

Por otra parte, ha detallado en un mapa interactivo que la provincia más afectada por los bombardeos es la de Saada (noroeste), con un total de 5.576 ataques aéreos –832 contra objetivos militares, 1.797 contra objetivos no militares y 2.947 contra objetivos no determinados–.

La segunda provincia más afectada es Marib (centro), con 3.384 bombardeos –1.032 contra objetivos militares, 727 contra objetivos no militares y 1.625 contra objetivos no determinados, mientras que en tercer lugar figura Taiz, con 2.722 ataques aéreos.

La provincia de Saná ha sido objetivo de un total de 2.623 bombardeos, mientras que la capital del país, Saná, ha sufrido 1.541 ataques aéreos –992 contra objetivos militares, 448 contra objetivos no militares y 101 contra objetivos no identificados–, según Yemen Data Project.

EL ANUNCIO DE LA TREGUA

La tregua entró en vigor el 2 de abril, un día después de que el enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, realizara el anuncio por sorpresa, tras lo que se ha registrado una disminución de los combates sobre el terreno, si bien los medios locales siguen informando de diversos enfrentamientos en varios puntos de Yemen.

Grundberg afirmó que la tregua había sido pactada por «las partes» en conflicto, en referencia a los huthis –cuyo nombre oficial es Ansar Alá–, que controlan Saná y otras zonas del norte y el oeste del país, y las autoridades reconocidas internacionalmente, encabezadas por el entonces presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi y respaldadas por la coalición internacional liderada por Riad.

Sin embargo, la ONU incidió en que se trataba de una tregua, no un alto el fuego, que hubiera implicado un compromiso por parte de las partes para establecer una serie de mecanismos de supervisión y para la reducción de las hostilidades que en estos momentos no existen.

Pese a ello, el acuerdo sí contempló una serie de medidas para la generación de confianza que allanaran el camino para la apertura de negociaciones, entre ellas una reducción del embargo sobre la entrega de combustible en el puerto de Hodeida (oeste) y el reinicio de los vuelos desde y hacia Saná por primera vez desde 2016.

A ello se suma el compromiso de las partes para relanzar los contactos sobre la reapertura del acceso por carretera a la ciudad de Taiz, rodeada por los huthis desde 2016, y otras zonas de Yemen afectadas por los intensos combates, que han provocado que el país sea escenario de la mayor crisis humanitaria a nivel mundial.

BÚSQUEDA DE UN PROCESO DE CONVERSACIONES

Días después de la entrada en vigor de la tregua, Hadi anunció su decisión de ceder sus competencias «de forma irrevocable» al Consejo Presidencial de Liderazgo, creado por él mismo y encabezado por el exministro del Interior Rashad Muhamad al Alimi, una decisión rechazada por los huthis.

Hadi señaló que con la creación de este organismo buscaba «detener el derramamiento de sangre y sanar las heridas en el país» y lograr «una paz total y duradera», mientras que Al Alimi ha mostrado desde entonces su compromiso con el alto el fuego.

Al Alimi ha reiterado este compromiso esta misma semana y ha manifestado que «la búsqueda de una paz duradera y sostenible está presente en todas las discusiones» de las autoridades reconocidas internacionalmente, al tiempo que ha acusado a los huthis de «violaciones» de la tregua.

Por su parte, los rebeldes han denunciado violaciones de la tregua y se han negado a reconocer a Al Alimi dado que no aceptan la autoridad de Hadi y ni su capacidad a la hora de crear el Consejo Presidencial de Liderazgo. Muhamad al Bajiti, un alto cargo de los huthis, rechazó cualquier tipo de diálogo con Al Alimi, al que describió además como «un hombre de Estados Unidos».

Sin embargo, la decisión de Hadi fue inmediatamente aplaudida por Estados Unidos y Arabia Saudí, que anunció junto a Emiratos Árabes Unidos (EAU) la entrega de 3.000 millones de dólares (alrededor de 2.754 millones de euros) para dar apoyo a la economía de Yemen.

Por ello, por el momento no parece claro si la situación derivará en un proceso de conversaciones, dado que la tregua fue anunciada además tras un repunte de los combates que impidió a los huthis hacerse con el control de la capital de la provincia de Marib –escenario de sus principales esfuerzos desde febrero de 2021–, lo que llevó al grupo a atacar Abú Dabi e incrementar sus ataques contra objetivos saudíes.

La comunidad internacional lleva meses intensificando sus esfuerzos para lograr que las partes se sienten a negociar para poner fin al conflicto, que ha devastado el país, especialmente ante el ahondamiento de la crisis humanitaria por el aumento de los precios y la dependencia de Yemen de las importaciones de alimentos y trigo a causa de la guerra en Ucrania.

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