MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado ataques contra manifestantes pacíficos en Sri Lanka en el marco de la dimisión del primer ministro, Mahinda Rajapaksa, y de unas protestas que han aumentado en los últimos días debido a la peor crisis económica que sufre el país desde la independencia de la isla de Reino Unido.
«El ataque contra manifestantes pacíficos por parte de simpatizantes del Gobierno de Sri Lanka ha provocado una peligrosa escalada, aumentando el riesgo de más violencia mortal y otros abusos», ha indicado el director para el sur de Asia de HRW, Meenakshi Ganguly.
De esta manera, HRW ha exigido al Ejecutivo que defienda «el derecho a la manifestación pacífica», así como que garantice «que la respuesta de las fuerzas de seguridad ante los desórdenes públicos sea proporcionada» y que se rechace «el uso excesivo de la fuerza».
«Es de vital importancia que las fuerzas de seguridad respeten plenamente el derecho de reunión pacífica y que los responsables de la violencia rindan cuentas», ha agregado Ganguly en un comunicado publicado por la organización.
Según los vídeos y fotografías recopilados por HRW, varios cientos de personas que se identificaron como simpatizantes del primer ministro, Mahinda Rajapaksa, llegaron en autobús a Colombo este lunes y avanzaron hasta el parque Galle Face Green, donde manifestantes contrarios al Ejecutivo llevaban acampando «pacíficamente» durante varias semanas.
«Los relatos de los testigos y las imágenes de video muestran a los partidarios del Gobierno atacando a los manifestantes con garrotes y otras armas y prendiendo fuego a las tiendas de campaña. Horas después, Mahinda Rajapaksa renunció como primer ministro», ha indicado la organización.
Un manifestante que ha hablado con HRW ha asegurado que los partidarios del Gobierno «comenzaron a destruirlo todo». «Parecía como si supieran qué y a quién buscar», ha asegurado, en el marco de unas protestas que han dejado ya más de 150 personas heridas y al menos cinco muertas en diferentes incidentes separados.
Los enfrentamientos en las calles ceilandesas han dejado ya varios fallecidos, entre ellos el diputado del oficialista Partido Frente Popular (SLPP) Amarakeerthi Athukorala, quien ha muerto en un tiroteo en la ciudad de Nittambuwa, en el oeste del país, después de abrir fuego y herir gravemente a dos personas que participaban en los bloqueos de una carretera.
«En las últimas semanas, miles de habitantes de Sri Lanka protestaron pacíficamente contra la corrupción y pidieron una gobernanza responsable y el respeto de los Derechos Humanos», ha indicado Ganguly, agregando que «los partidarios del Gobierno han respondido a esos llamamientos con violencia».
El presidente, Gotabaya Rajapaksa, hermano del ya dimitido primer ministro, ha señalado que «la violencia no resolverá los problemas actuales» y ha pedido a la población que mantenga la calma y ejerza su derecho a la protesta con «moderación», pidiendo al mismo tiempo colaboración para resolver esta crisis de manera conjunta.
Sin embargo, ante la complejidad y violencia de la situación, las autoridades de Sri Lanka han decretado en las últimas jornadas el estado de emergencia así como el toque de queda, que si bien iba a culminar a primera hora del martes (hora local), ha sido ampliado por 24 horas más.