BAGDAD (AP) — Un británico acusado por Irak de recoger pequeños fragmentos arqueológicos será juzgado la próxima semana por cargos que podrían darle una pena de muerte, dijo el miércoles su abogado en Bagdad.
El geólogo jubilado Jim Fitton, de 66 años, fue detenido en marzo en el aeropuerto de Bagdad después de que funcionarios de aduanas iraquíes le encontraran en posesión de fragmentos de cerámica extraídos de un antiguo yacimiento del sur de Irak. Un alemán que le acompañaba también fue acusado, pero los detalles de su caso no se han hecho públicos.
Fitton será juzgado ante el Tribunal de Delitos de Irak este domingo, según declaró su abogado, Thair Soud, a The Associated Press.
Los cargos que se le imputan se basan en las opacas leyes iraquíes sobre antigüedades y se castigan con la pena de muerte. Sin embargo, el equipo legal de Fitton y un funcionario británico que sigue el caso han dicho que creen que este resultado será poco probable.
Durante el juicio, Soud tendrá que demostrar a un panel de jueces que Fitton no albergaba ninguna intención delictiva cuando recogió fragmentos de cerámica encontrados esparcidos por el paisaje del desierto durante una expedición turística a Eridu, un antiguo yacimiento mesopotámico en la actual provincia de Dhi Qar. En total, las autoridades iraquíes encontraron 12 fragmentos de cerámica y otros fragmentos en posesión de Fitton.
Soud había redactado una propuesta conforme a la legislación iraquí para que se cerrara el caso antes de que se celebrara un juicio, alegando que podría perjudicar los intereses nacionales de Irak. El turismo es una industria incipiente en el país, pero el gobierno introdujo el año pasado los visados a la llegada para animar a los visitantes internacionales a venir a recorrer sus numerosos sitios arqueológicos.
La familia de Fitton ha solicitado al Ministerio de Asuntos Exteriores británico que ayude a Soud a presentar su propuesta al fiscal de Irak, consiguiendo más de 100.000 firmas. Fitton se perdió la boda de su hija Leila Fitton en Malasia, que tuvo lugar el pasado domingo. Ella dijo que tenía el “corazón roto” por su ausencia.
La preocupación creció poco después de la detención de Fitton, cuando grupos de milicianos chiíes publicaron en las redes sociales mensajes con los datos de su pasaporte y acusaron al gobierno británico de intentar intervenir en los procedimientos judiciales iraquíes.