La ONU dice que las últimas evacuaciones «son un rayo de esperanza» pero recalca que «no son suficientes»
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Ucrania han denunciado este viernes un nuevo asalto por parte de las fuerzas rusas contra la planta metalúrgica Azovstal, situada en la ciudad de Mariúpol (sureste), el último foco de resistencia activo en la ciudad, escenario de una ofensiva desde hace cerca de dos meses.
«Los ocupantes, bajo la cobertura de disparos de artillería, están intentando irrumpir en el centro de la planta», ha dicho Petro Andriushchenko, uno de los asesores de la Alcaldía de Mariúpol. «La situación se está complicando a cada día que pasa», ha agregado a través de su cuenta en Telegram.
La acería se encuentra totalmente cercada y bloqueada por las fuerzas rusas y las milicias separatistas ucranianas, que han exigido a las fuerzas ucranianas, entre las que destacan efectivos del Batallón Azov, de ideología neonazi e integrado en el Ministerio del Interior, que se entreguen.
A través de la mediación de Naciones Unidas y después de un acuerdo con Ucrania y Rusia, durante la semana pasada se llevaron a cabo una serie de evacuaciones para sacar del lugar a cientos de civiles que estaban atrapados y que habían buscado refugio en la acería a causa de los combates en Mariúpol.
La subsecretaria general de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jane Msuya, ha descrito como «un rayo de esperanza» estas evacuaciones, en las que más de 600 personas han sido trasladadas a lugares seguros desde la acería, Mariúpol y localidades cercanas.
Sin embargo, ha reseñado que «esto no es para nada suficiente» y ha reclamado a las partes que «continúen los esfuerzos de facilitación para poder llegar a más civiles». «Esto exige de ellos el Derecho Humanitario. Debemos adoptar rápidamente esfuerzos para aumentar (estos trabajos)», ha argüido.
«Como hemos visto durante estos últimos días, esta guerra continúa en su camino destructivo. Los intensos combates están causando un inmenso sufrimiento humano. Los civiles, particularmente mujeres y niños están pagando el mayor precio», ha destacado.
En este sentido, ha hecho hincapié en que «las hostilidades en zonas pobladas son extremadamente destructivas» y ha reiterado que «el uso de armas explosivas de gran alcance en estas zonas tiene un alto riesgo de efectos indiscriminados, por lo que debe evitarse su utilización».
«La presencia de minas y artefactos no explotados tienen además un impacto significativo sobre la respuesta y el acceso humanitario. Incluso antes de esta guerra, el este de Ucrania era una de las regiones del mundo con mayor contaminación por minas. Apoyar la acción de desminado es crucial», ha argumentado.
Por otra parte, Msuya ha recordado que el Derecho Internacional exige respetar a los civiles y permitirles abandonar las zonas de hostilidades «de forma voluntaria y segura». «Pido a las partes en conflicto que retiren cualquier barrera al movimiento de personal humanitario para garantizar la continuada entrega de asistencia vital en Ucrania», ha agregado.