BUENOS AIRES (AP) — Los nuevos casos de COVID-19 se dispararon más de 92% en Argentina en la última semana en el marco de una nueva ola de contagios que no ha repercutido en la suba de internaciones hospitalarias y víctimas fatales.
El Ministerio de Salud reportó el domingo por la noche 33.989 nuevos casos, lo que representa un aumento de 92,61 % respecto del domingo anterior, cuando hubo 17.646. No especificó a qué variante corresponden, aunque las autoridades los relacionan mayoritariamente con la BA.2 de ómicron.
En cuatro semanas los contagios pasaron de 8.387 a 33.989, lo que significa un incremento del 305,25% desde el 17 de abril, cuando el Ministerio de Salud comenzó a emitir reportes semanales sobre los casos registrados.
En tanto, 300 personas permanecen internadas en unidades de terapia intensiva, un número muy inferior respecto del registrado en los peores momentos de la pandemia un año atrás, cuando más de 7.000 se encontraban en esa situación.
Según el ministerio, los contagiados desde que la pandemia impactó en marzo de 2020 en Argentina ascienden a unos 9,1 millones, mientras que los fallecidos son más de 128.000. Un total de 47 personas fallecieron la semana pasada.
Nicolás Kreplak, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires -la más grande y poblada- dijo recientemente que los casos están aumentando notablemente, así como las consultas en el sistema de emergencias, aunque «todavía no las internaciones” debido al efecto de las vacunas.
Fernán Quirós, ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, también confirmó la suba de contagios en coincidencia con la llegada del otoño austral, el frío y la menor ventilación de los espacios. El funcionario puntualizó que mientras “en diciembre y enero circuló la variante BA.1 de ómicron” ahora lo hace la BA.2 “que es 30% a 40% más contagiosa”.
Las autoridades no impusieron nuevas restricciones sanitarias en el marco de esta tendencia ascendente de contagios que se registra desde mediados de abril y que en parte obedece a una relajación de las medidas de cuidado. El hábito de protección más extendido sigue siendo el tapabocas, aunque en las escuelas y lugares de trabajo de algunas jurisdicciones ya no es obligatorio.
En este contexto, Argentina intenta avanzar en el plan de vacunación con la aplicación de la segunda dosis de refuerzo (o cuarta dosis). Así, las autoridades de la provincia de Buenos Aires comenzaron a suministrarla hace un mes al personal de la salud, personas mayores de 50 años, adolescentes de 12 años con compromiso inmunológico, fuerzas de seguridad y docentes.
Unas 40,7 millones de personas han recibido una dosis de alguna vacuna y unas 37,3 millones dos dosis de una población de 45 millones. En tanto, más de 19 millones de habitantes han recibido refuerzos.