MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Casi 200 personas han muerto como consecuencia de la ola de violencia entre bandas que estalló en abril en la capital de Haití, Puerto Príncipe, según un recuento de la ONU, que ha alertado del «grave impacto» que estos enfrentamientos están teniendo para los Derechos Humanos.
Entre el 24 de abril y el 16 de mayo, Naciones Unidas ha constatado la muerte de al menos 92 personas que no estarían vinculadas a ninguna banda y de 96 presuntos integrantes de estos grupos, que controlan incluso zonas de la capital haitiana. Además, se tiene constancia de 12 desaparecidos, 113 heridos y 49 secuestrados, si bien se estima que las cifras reales son «mucho mayores».
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha denunciado que «la violencia armada ha alcanzado niveles inimaginables e intolerables», con casos de decapitaciones, abusos sexuales, quemas de cadáveres o asesinatos de menores acusados de trabajar al servicio de bandas rivales.
Bachelet ha reclamado medidas «urgentes» que permitan «restaurar el Estado de Derecho», con un mensaje tanto a las autoridades haitianas como a la comunidad internacional en el que ha pedido que los apoyos políticos y económicos de los grupos armados rindan también cuentas.
Todo ello en un contexto de «fragilidad» institucional, agravada por el asesinato en 2021 del entonces presidente, Jovenel Moise, y la incapacidad de las actuales autoridades de retomar un mínimo de normalidad democrática y de contener incluso la violencia ejercida por las propias fuerzas de seguridad.
«A pesar de los múltiples y prolongados desafíos, la comunidad internacional no debería olvidarse de Haití y mantenerlo como una prioridad», ha señalado Bachelet, temerosa de que «se pierda el control de la situación» y el contexto social empeore aún más en las próximas semanas.
La violencia ya ha impactado gravemente en los Derechos Humanos y miles de personas han tenido que abandonar sus hogares. «Decenas de escuelas, centros médicos, empresas y mercados permanecen cerrados y muchas personas apenas pueden encontrar productos básicos como comida, agua y medicinas», ha advertido Bachelet.