NACIONES UNIDAS (AP) — La enviada especial de Naciones Unidas para Irak advirtió el martes a sus líderes políticos que “las calles están a punto de estallar” debido al estancamiento y a que no han abordado problemas como el sufrimiento de la gente corriente y que grupos armados lanzan cohetes con impunidad.
Jeannine Hennis-Plasschaert dijo a varios reporteros tras informar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que Irak y la región no pueden permitirse regresar a octubre de 2019.
Fue entonces cuando hombres y mujeres jóvenes, hartos con una élite política iraquí a la que culpaban de muchos agravios, celebraron manifestaciones masivas que fueron recibidas con balas, cañones de agua y gas lacrimógeno. El episodio volvió a sumir al país en la inestabilidad justo cuando emergía de la guerra contra el grupo extremista Estado Islámico.
En su reporte al consejo, Hennis-Plasschaert advirtió que “aspectos llamativos de la vida política iraquí se repiten en un bucle aparentemente infinito de política de suma cero”.
Más de siete meses después de las elecciones parlamentarias, dijo, “han vencido múltiples plazos para la formación de un gobierno”.
A finales de marzo, el poderoso clérigo chií Muqtada al-Sadr, cuyo bloque político obtuvo el mayor número de escaños, anunció que se haría a un lado durante 40 días para dar la oportunidad de formar gobierno a sus rivales, respaldados por Irán. Pero sigue sin haber un acuerdo de gobierno.
Hennis-Plasschaert advirtió a los líderes políticos que no se escuden en que no se ha formado gobierno, algo que según dijo “distrae de lo que está en juego”.
No sólo excusa un bloqueo político mientras grupos armados “disparan cohetes con aparente libertad e impunidad” y la gente corriente sufre, señaló, sino que “excusa un estancamiento político mientras el descontento público latente puede estallar en cualquier momento”.
Hennis-Plasschaert dijo que los líderes políticos apoyan el diálogo u otra ronda de negociaciones. “Pero, ¿la voluntad de ceder? Está dolorosamente ausente”, afirmó.
“Visiten cualquier mercado y los iraquíes les dirán: el interés nacional se ve de nuevo relegado ante consideraciones cortoplacistas de control de los recursos y el juego de poder”, afirmó.
La enviada de la ONU señaló que es hora de devolver el protagonismo al pueblo iraquí, que demanda servicios adecuados para toda la población.
También quieren “poner fin a la extendida corrupción, al faccionalismo y al saqueo de las instituciones del estado”, una diversificación de la economía, el fin de la impunidad, que se ponga coto a los grupos armados “y una gobernanza predecible, en lugar de una gestión de crisis constante”.
La enviada fue muy crítica con “el lamentable patrón de negociaciones contingentes” entre el gobierno central y la región semiautónoma kurda, y dijo que hace falta con urgencia un mecanismo institucionalizado para resolver las cuestiones principales, como el reciente fallo de la Corte Suprema Federal de Irak, que declaró inconstitucional la ley de 2007 del Kurdistán sobre los ingresos y exportaciones por la producción de gas y petróleo.
“Tras hablar con ambos bandos en este asunto, estoy convencida de que hay una salida”, dijo.
Hennis-Plasschaert describió los ataques con misiles y cohetes como “preocupantes, impactantes y peligrosos” y señaló a las operaciones militares turcas e iraníes en el norte y a que grupos armados fuera de control del gobierno lanzan cohetes de forma imprudente, por ejemplo en un incidente hace unas dos semanas en una refinería de petróleo en Erbil, la capital de la región del Kurdistán.
En alusión a Sinjar, la región donde según investigadores de Naciones Unidas, extremistas del grupo EI cometieron un genocidio contra la minoría yazidí en 2014, Hennis-Plasschaert dijo que la zona “se ha convertido de forma considerable en un escenario para saqueadores internos y externos”.
Los enfrentamientos de las últimas semanas han hecho que las familias de Sinjar vuelvan a empacar sus pertenencias y vuelvan al Kurdistán para buscar refugio, señaló.