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El mayor de los pterodáctilos solo podía volar cortas distancias

Un examen aerodinámico del pterodáctilo Quetzalcoatlus, el animal volador más grande que jamás haya existido, ha revelado que su capacidad de vuelo se limitaba a cortas distancias.

MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

Un examen aerodinámico del pterodáctilo Quetzalcoatlus, el animal volador más grande que jamás haya existido, ha revelado que su capacidad de vuelo se limitaba a cortas distancias.

Hay dos tipos de vuelo a gran altura: vuelo térmico, que utiliza corrientes ascendentes para ascender y planear, como las águilas y las fragatas; y vuelo dinámico, que utiliza gradientes de viento sobre el océano, como en el caso de los albatros y petreles.

Utilizando un modelo, el grupo de la Universidad de Nagoya calculó el rendimiento del vuelo térmico y dinámico de cuatro especies de criaturas gigantes voladoras extintas y lo comparó con el rendimiento de las aves actuales. En el caso del Quetzalcoatlus, –cuya envergadura rondaba los 10 metros– descubrieron que no era adecuado para el vuelo elevado, incluso cuando se cambiaron los parámetros de densidad atmosférica.

«El bajo rendimiento térmico y de vuelo en pendiente de Quetzalcoatlus se debió a la gran carga alar asociada con su gran tamaño corporal», dicen los investigadores. «Esto sugiere que las condiciones de viento bajo las cuales Quetzalcoatlus podía realizar vuelos térmicos sostenibles eran limitadas. Aunque anteriormente se pensaba que Quetzalcoatlus era un experto en vuelos térmicos capaz de cubrir 15.000 kilómetros sin tocar el suelo, nuestros estudios muestran que sus habilidades de vuelos térmicos eran por debajo del de las aves modernas. Suponemos que los estilos de vuelo de Quetzalcoatlus y otros pterosaurios de tamaño similar eran similares a los de la avutarda kori, que es un volador de corto alcance y pasa la mayor parte de su tiempo en tierra».

Además de los pterosaurios, el grupo también observó dos pájaros gigantes extintos, Argentavis magnificens, el ave voladora más pesada que jamás haya existido, y Pelagornis sandersi, que tiene la mayor envergadura de cualquier ave voladora. Aquí también, el grupo hizo un descubrimientos sorprendentes. Por un lado, sus resultados coincidieron con estudios previos de que Argentavis era adecuado para el vuelo térmico; por otro lado, encontraron que Pelagornis era adecuado para el vuelo térmico, aunque anteriormente se pensaba que usaba vuelo dinámico.

Los resultados del estudio, publicados en PNAS Nexus, podrían cambiar la forma en que se retratan las aves gigantes y los pterosaurios extintos en las inevitables secuelas.

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