Así lo dio a conocer este sábado el instituto armado en un comunicado en el que detalló que la investigación que desembocó en esta detención comenzó en el año 2020, cuando la Guardia Civil española tuvo conocimiento de que una persona contactaba, a través de diferentes redes sociales, con menores a las que supuestamente ofrecía, “de forma compulsiva”, dinero, regalos y promesas a cambio de contenido de carácter sexual.
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Los agentes identificaron los dispositivos informáticos utilizados para contactar con las menores, lo que les permitió localizar al presunto autor de estos hechos.
Además, los identificadores localizaron a más de 40 víctimas y verificaron cómo el ahora detenido supuestamente se hacía pasar por un joven para “embaucarlas” a cambio de regalos, dinero y promesas a para que le faciliten material pornográfico.
Según continúa explicando la Guardia Civil, el detenido presuntamente captaba a las menores a través de diferentes redes sociales y, haciéndose pasar por un joven de edad similar a la víctima, conseguía sus números de teléfono.
Posteriormente, y “de forma compulsiva”, enviaba mensajes y vídeos de contenido sexual y ofrecía dinero, recargas de teléfono, golosinas e incluso alcohol y drogas “para ganarse su confianza” con la finalidad de mantener relaciones sexuales o que las menores le enviasen imágenes y videos íntimos de carácter sexual, según el relato de la Benemérita.
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Las diligencias instruidas, junto al detenido, quedaron a disposición del juzgado de Instrucción número cinco de Almería.
Engaños pederastas
La Guardia Civil aprovechó este caso para subrayar que el ‘grooming’, ‘Chil grooming’ y ‘online grooming’ es considerado un engaño pederasta, en el que el adulto busca crear amistad con el menor, para que acceda a sus insinuaciones o pretensiones.
Se trata, según remarca el instituto armado, de una forma de acoso, que implica a un adulto que se pone en contacto con un/a menor, con el fin de “ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarle en una actividad sexual”.
Es una práctica en la que se advierten diferentes niveles de interacción y peligro, desde hablar de sexo y conseguir material íntimo a llegar a mantener un encuentro sexual físico, según explica la Guardia Civil.