MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
Como resultado de la creciente preocupación pública por los desechos plásticos, el PLA (ácido poliláctico), creado con ácido láctico de la fermentación de azúcares, ahora se usa ampliamente como una alternativa renovable y sostenible a los plásticos derivados del petróleo crudo, que se usa en todo, desde desechables tazas y bolsitas de té hasta impresión 3D y embalaje.
A menudo se etiqueta como biodegradable, sin embargo, tiene una degradabilidad limitada en entornos naturales, por ejemplo, en el suelo o en el agua de mar, y solo se degrada en condiciones de compostaje industrial de altas temperaturas y humedad, algo que no se puede lograr en montones de compost domésticos.
Ahora, los científicos del Centro de Tecnologías Sostenibles y Circulares (CSCT) de la Universidad de Bath han desarrollado una forma que podría hacer que estos plásticos sean más degradables en el entorno natural.
El equipo descubrió que pueden modificar la degradabilidad del plástico incorporando diferentes cantidades de moléculas de azúcar en el polímero.
Descubrieron que la incorporación de tan solo un tres por ciento de unidades de polímero de azúcar en PLA condujo a una degradación del 40 por ciento dentro de las seis horas posteriores a la exposición a la luz ultravioleta.
Lo más prometedor es que la tecnología es compatible con los procesos de fabricación de plástico existentes, lo que significa que la industria del plástico podría probarla y adoptarla rápidamente.
Tras publicar resultados en Chemical Communications, los investigadores esperan que sus hallazgos sean utilizados en el futuro por la industria del plástico para ayudar a que los desechos plásticos sean más degradables al final de la vida útil del producto.
"La mayoría de los plásticos PLA están formados por largas cadenas de polímeros que pueden ser difíciles de descomponer para el agua y las enzimas. Nuestra investigación agrega azúcares a las cadenas de polímeros, uniendo todo mediante enlaces que se pueden romper con la luz ultravioleta. Esto debilita el plástico, descomponiéndolo en cadenas de polímeros más pequeñas que luego son más sensibles a la hidrólisis. Esto podría hacer que el plástico sea mucho más biodegradable en el entorno natural, por ejemplo, en el océano o en un montón de compost de jardín", explica en un comunicado Antoine Buchard, investigador de la Universidad de la Royal Society y profesor de química de polímeros del CSCT.