UVALDE, Texas, EE.UU. (AP) — Los jefes policiales recibieron el jueves andanadas de preguntas y críticas acerca del tiempo trascurrido antes de que sus fuerzas tomaran por asalto un aula de escuela primaria en Texas para frenar a un hombre armado que mató a 19 niños y dos docentes.
Entretanto, los investigadores no han podido decir con certeza si un guardia armado fuera de la escuela primaria Robb en la pequeña población de Uvalde se tiroteó con el agresor Salvador Ramos, de 18 años, cuando este llegó el martes al lugar.
Se investiga el motivo de la masacre escolar, la más mortífera en el país desde la de Newtown, Connecticut, hace una década. Las autoridades dicen que Ramos no tenía prontuario criminal ni historia clínica de trastornos mentales.
Durante el asedio, que concluyó cuando un equipo de la Patrulla Fronteriza irrumpió en el lugar y mató a tiros a Ramos, las personas que presenciaban la escena rogaban a la policía que entrara a la escuela.
“¡Entren ahí, entren ahí!”, clamaba una mujer, afirmó Juan Carranza, de 24 años, quien observaba los hechos desde una casa al otro lado de la calle.
El director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steve McCraw, dijo que trascurrieron entre 40 minutos y una hora desde que Ramos abrió fuego hasta que los agentes lo mataron.
“El hecho es que la policía estaba ahí”, afirmó McCraw. “Atacaron inmediatamente. Contuvieron (a Ramos) en el aula”.
Un vocero del departamento dijo el jueves que las autoridades aún buscaban aclarar la cronología del ataque, sin haber determinado si ese período de 40 minutos a una hora comenzó cuando Ramos llegó a la escuela o antes, cuando hirió a balazos a su abuela en casa.
“Por ahora no tenemos una cronología precisa o confiable para determinar que el hombre armado estaba en el colegio durante este período”, dijo el teniente Christopher Olivarez a CNN.
El jefe de la Patrulla Fronteriza, Raúl Ortiz, no habló de una cronología, pero dijo reiteradamente que los agentes de su fuerza que llegaron a la escuela no titubearon. Entraron rápidamente al edificio, en fila detrás de un agente que sostenía un escudo.
“Queríamos actuar rápidamente, muy rápidamente y es precisamente lo que hicieron esos agentes”, aseguró Ortiz a Fox News.
Javier Cazares, cuya hija Jacklyn, alumna de cuarto grado, murió en el ataque, dijo que corrió a la escuela apenas se enteró y que al arribar vio a la policía afuera.
“Entremos nosotros porque los agentes no están haciendo lo que deben”, dijo. “Se podría haber hecho más. No estaban preparados”.