Las advertencias de condiciones críticas de incendio abarcaron gran parte del suroeste Estados Unidos el sábado y las cuadrillas en el norte de Nuevo México trabajaban para contener el crecimiento del incendio forestal activo más grande del país.
El incendio de siete semanas, el más extenso en la historia de Nuevo México, ha consumido 1.272 kilómetros cuadrados (491 millas cuadradas) de bosque en un terreno accidentado al este de Santa Fe desde que inició en abril como dos incendios planificados.
Las cuadrillas patrullaban las áreas parcialmente arrasadas y limpiaban y cortaban las líneas de contención, incluyendo las principales cercanas al fuego, al tiempo que las excavadoras raspaban las líneas de apoyo más lejos.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió advertencias de bandera roja de condiciones críticas de incendio para algunas zonas de Arizona, Colorado, Kansas, Nevada, Nuevo México, Oklahoma, Texas y Utah. Esas condiciones son una combinación de ráfagas de viento, una humedad relativa baja y vegetación seca.
El regreso de clima más seco y cálido con vientos más fuertes planteó una amenaza de mayor actividad de incendios durante el fin de semana del Día de los Caídos en Guerras, lo que llevó a las autoridades a exhortar a la población a estar atenta a posibles fuentes de fuego.
“Lo último que necesitamos en este momento es otra ignición”, dijo Jayson Coil, jefe de la sección de operaciones.
Se pronostican ráfagas de viento de hasta 80 km/h (50 mph) con condiciones críticas de incendio que continuarán hasta el lunes, seguidas de un clima más favorable más adelante en la próxima semana, de acuerdo con Bruno Rodriguez, meteorólogo del equipo de gestión de incendios.
Los fuertes vientos podrían avivar las llamas y causar que el fuego salte las líneas de contención y avance, aseveró John Chester, al frente de operaciones contra incendios.
“Imaginen viajar en si auto y que las llamas los pueden adelantar. Ese es el tipo de comportamiento extremo del fuego del que estamos hablando”, añadió Chester.
Alrededor de 3.000 bomberos y otro personal fueron asignados al incendio, que estaba contenido alrededor de 48% de su perímetro.
Las estimaciones iniciales indican que el fuego ha destruido al menos 330 casas, pero las autoridades estatales esperan que la cantidad de viviendas y otras estructuras consumidas por las llamas aumente a más de 1.000 a medida que se realizan más evaluaciones.
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Davenport reportó desde Phoenix.