MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
El nuevo biomaterial, presentado en Advanced Materials, podría usarse para implantes como reemplazos de articulaciones de cadera o rodilla y placas óseas, aliviando los problemas asociados con los materiales de implantes convencionales.
Con el aumento de la población de ancianos en todo el mundo, ha aumentado la necesidad de biomateriales mejorados que puedan reemplazar o apoyar los huesos dañados. Para este propósito, los metales son ampliamente utilizados debido a su resistencia y ductilidad. Sin embargo, como consecuencia de su fuerza, su flexibilidad disminuye.
Hasta la fecha, la mayoría de los biomateriales metálicos son más rígidos que los huesos humanos y usarlos como implantes conduce a la atrofia ósea, una condición en la que la densidad ósea se reduce debido a la descomposición de la sustancia y la estructura ósea. Mientras tanto, los biomateriales con una flexibilidad elevada pierden su resistencia al desgaste.
Aunque los materiales superelásticos hechos de aleaciones de níquel-titanio (Ni-Ti), que se usan comúnmente en stents y alambres de ortodoncia, mantienen una alta flexibilidad y la capacidad de recuperarse de la tensión, el Ni es un elemento alérgico. Las aleaciones libres de Ni no han replicado la superelasticidad de las aleaciones de Ni-Ti, lo que las hace poco prácticas.
El grupo de investigación, compuesto por investigadores de la Escuela de Graduados de Ingeniería y el Instituto de Investigación de Materiales (IMR) de la Universidad de Tohoku, el Centro J-PARC, la Agencia de Energía Atómica de Japón y la Academia Checa de Ciencias, se centró en reducir la brecha del módulo de Young entre implantes metálicos y huesos humanos. Cuando un material es flexible, tiene un módulo de Young bajo. Cuando es rígido, tiene un módulo de Young alto.
"Dado que el módulo de Young depende de la orientación del cristal, cultivamos monocristales con una orientación de cristal específica", dijo en un comunicado Xiao Xu, autor correspondiente y profesor asistente en la Escuela de Graduados de Ingeniería de la Universidad de Tohoku.
Usando una técnica de tratamiento térmico cíclico, Xu y sus colegas prepararon con éxito monocristales grandes de varios centímetros de tamaño. La aleación de Co-Cr-Al-Si (CCAS) desarrollada demostró una tasa de recuperación de la deformación del 17 %, el doble que las aleaciones comerciales con memoria de forma de Ti-Ni. Además, el módulo de Young del CCAS era extremadamente bajo, asemejándose a la flexibilidad de los huesos humanos.
"Sabíamos que el cromo posee una fuerte resistencia a la corrosión, pero la superelasticidad, la flexibilidad y la significativa resistencia al desgaste del material a base de cromo-cobalto nos sorprendieron", agregó Xu.
En el futuro, el grupo de investigación espera explorar por qué su CCAS logró las propiedades superiores que logró. Hacerlo podría conducir al desarrollo de materiales de próxima generación con propiedades aún mejores.