MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Los tres jugadores, todos ganadores de cinco Champions y que suman entre todos 63 trofeos, ya han confirmado de diferentes maneras que dejan el 14 veces campeón de Europa, con el que lo han ganado todo, y del que se marchan seguramente con distinto afecto y cariño de la afición merengue.
Así, ponen punto y final a una era en la que el lateral brasileño ha demostrado tener más peso en la historia del club, del que se marcha como el jugador con más títulos en el Real Madrid. 25 trofeos sobre sus hombros, después de poner el broche de oro con la decimocuarta Liga de Campeones que levantó él mismo. Un espectacular palmarés con cinco Champions, cuatro Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, seis Ligas, dos Copas del Rey y cinco Supercopas de España.
Marcelo llegó al Real Madrid en enero del 2007 procedente del Fluminense y ahora ya es una leyenda del club tras una estancia de 16 años, con muchas más luces que sombras. Fin a un ciclo del brasileño, como él mismo reconoció en la celebración de la decimocuarta Champions en el Bernabéu el pasado domingo entre lágrimas. "Estoy muy orgulloso de mí. Muchas gracias por las noches mágicas que hemos vivido aquí. El futuro está muy bien con los jóvenes. ¡Hala Madrid!", afirmó el octavo jugador con más partidos (545) del Real Madrid.
Una comunión con la afición que ha crecido en el año que menos protagonismo ha tenido (ha jugado poco más de 800 minutos), gracias a cómo ha gestionado su papel más que secundario y su fidelidad y lealtad al conjunto blanco. Lo que se ha traducido en amor al brasileño por parte de la parroquia blanca, que siempre tuvo en estima su alegría y desparpajo tanto dentro como fuera del césped.
Y se ha despedido de la mejor manera posible, levantando como primera capitán tres títulos en su último curso: la Supercopa, la Liga y la Champions. Tres instantáneas con las que recordar un adiós histórico, digno de un jugador que ya tiene un hueco en la historia del Real Madrid.
Marcelo quería renovar, pero el club entiende que las necesidades deportivas están por delante y confía en Ferland Mendy para su proyecto sin el lateral que hizo olvidar al también brasileño histórico Roberto Carlos. El francés y el portugués Fabio Coentrao, sólo en la temporada 2013-2014, fueron los únicos que osaron inmiscuirse en su 'dictadura' en el lateral izquierdo.
BALE, ADIÓS SILENCIOSO A UN JUGADOR CLAVE EN FINALES
Distinta situación ha vivido Gareth Bale, otro jugador de época en el Real Madrid que, por sus lesiones y su frío carácter, además de su actitud en los últimos años, no parece haberse contagiado, como demandaba la afición blanca, del suficiente madridismo. Sin embargo, sus 19 títulos como jugador del equipo merengue le acreditan como una leyenda del club, diferencial en momentos clave cuando ganar es más que complicado y que completó el famoso tridente de la 'BBC'.
En la retina quedan sus goles clave en la Copa del Rey de 2014, con una galopada inalcanzable por la banda izquierda para hacer el tanto que hacía campeón al Real Madrid; su cabezazo en Lisboa para poner el 2-1 que adelantaba a los blancos en la prórroga en la final de la 'Décima'; o su chilena para la historia en la final de Kiev en 2018 para encarrilar la tercera Liga de Campeones en tres años bajo la batuta de Zinédine Zidane.
No obstante, su trayectoria en el Real Madrid también ha estado marcada, además de por incontables problemas físicos, casi siempre musculares y relacionados con el sóleo, por demasiados altibajos que condenaron al galés a un segundo plato durante el último año, ausente, sin oportunidades y mostrando cierta apatía que parecía cansar al aficionado blanco, muy enfadado por su compromiso con su país y aquella famosa bandera de 'Gales. Golf. Madrid. En ese orden'.
Considerado el jugador que debía de heredar el hueco que dejó Cristiano Ronaldo en el verano de 2018, arrancó bien esa campaña, pero no fue capaz de tener continuidad y se marchó cedido al Tottenham para la 2020-2021. Retornó para la vuelta de Carlo Ancelotti y pese a que parecía 'recuperable', sólo jugó siete partidos y menos de 300 minutos. En sus dos últimas campaña únicamente disputó 27 de sus 258 encuentros como mandridista y anotó cuatro de sus 106 goles, 81 en Liga.
"Ser parte de la historia de este club y conseguir todo lo que hemos logrado juntos en el Real Madrid ha sido una experiencia increíble que jamás olvidaré", admitió el futbolista de Cardiff, cuyo futuro es una incógnita y de momento pasa por lograr que su selección se clasifique este domingo para el Mundial de Catar.
ISCO, UN TALENTO IRREGULAR
Otro futbolista que ve como su etapa como jugador del Real Madrid se termina es Isco. El malagueño llegó a Chamartín como uno de los grandes talentos del fútbol español, gracias a su 'magia' con el balón y capacidad para hacerse levantar de la butaca al aficionado durante su etapa en el Málaga. Como Bale, llegó en el mercado estival de 2013, con 21 años, iniciando una etapa como madridista caracterizada también por la irregularidad.
Nueve años vistiendo la camiseta del Real Madrid en los que ha alzado cinco Champions, cuatro Mundiales de Clubes, tres Ligas, una Copa del Rey y tres Supercopas de España y otras tantas de Europa. El de Arroyo de la Miel ha jugado 353 encuentros con el conjunto merengue, en los que ha marcado 53 goles y ha repartido 56 asistencias, una de sus mejores facetas, con las que enamoró al Bernabéu.
Isco no logró hacerse un hueco fijo en el once en sus primeras temporadas, pero sí tuvo un papel determinante en las finales de la Liga de Campeones de 2017 y 2018, ocupando el hueco que dejaba Bale en el 'BBC'. También fue revulsivo junto a Marcelo en la final de 2014.
Tras la marcha de Zidane, Julen Lopetegui le dio los galones y por momentos se convirtió en el líder del centro del campo y la selección, pero la destitución del guipuzcoano y un aparente conflicto de disciplina con Santiago Solari le hizo desaparecer de los onces y ya no pudo recuperar su protagonismo.
"Cuando estaba en el Málaga y sabía que me tenía que ir, me comprometí con otro equipo. Pero llamó a mi puerta el Real Madrid y al Real Madrid no se le puede decir ni se le debe decir que no", escribió el malagueño en su mensaje de despedida, en un año en el que ni con Ancelotti, que supo sacar provecho a sus cualidades e incluso le comparó con Clarence Seedorf, ha podido recuperar su nivel más alto, con un último curso más desaparecido de lo que se esperaba.