MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Las amputaciones han sido denunciadas por el Centro Abdorrahman Boroumand para los Derechos Humanos en Irán (ABC) y la Red de Derechos Humanos del Kurdistán (KHRN). Tres de ellos, de acuerdo con ambas organizaciones, proceden de entornos empobrecidos y se vieron obligados a delinquir para garantizar la supervivencia de sus familias.
Amnistía Internacional tiene entendido que las sentencias de todos los hombres han sido confirmadas por el Tribunal Supremo y enviadas a la Oficina de Ejecución de Sentencias, lo que "significa que sus sentencias podrían ejecutarse en cualquier momento".
Dos de los condenados, Hadi Rostami y Mehdi Shahivand, iniciaron una huelga de hambre el 29 de mayo de 2022 para protestar por sus sentencias.
Ambos terminaron su huelga de hambre el 2 de junio después de que los funcionarios les aseguraran que serían indultados. Rostami, añade Amnistía, había recibido en febrero 60 latigazos en la cárcel tras ser declarado culpable de "perturbar el orden penitenciario" tras iniciar una protesta pacífica.
Según fuentes de ABC, Rostami, Shahivand y un tercer condenado, Mehdi Sharafian, fueron interrogados durante más de un mes en las oficinas de investigación de la Policía en Orumieh, Ardebil y Bandar Anzali. Para obtener su confesión, los tres fueron "brutalmente golpeados y torturados a patadas" y "azotados con un cable mientras estaban suspendidos de las muñecas". Las fuerzas de seguridad amenazaron con violar a uno de ellos.
Las organizaciones humanitarias denuncian que la amputación de los dedos por guillotina es un castigo habitual en Irán. La directora de ejecutiva de ABC, Roya Boroumand, denuncia en la página web de la organización que cuenta con informaciones de que el país ha ejecutado al menos al menos 356 sentencias de amputación emitidas desde 1979, pero se cree que el número es mucho mayor.
Por todo ello, Amnistía pide a la comunidad internacional que use "todos los medios diplomáticos disponiles" para evitar este castigo que la organización humanitaria equipara directamente con un delito de tortura, según la directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, Diana Eltahawy.
"La amputación de los dedos de los prisioneros es una forma de tortura", añade, "y supone otro impactante recordatorio de la desvergonzada inhumanidad del sistema de justicia penal en Irán, que legaliza la tortura, un crimen bajo el derecho Internacional".