MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las fuerzas de seguridad talibán han iniciado un "castigo colectivo" contra la población de la provincia de Panjshir, en el norte del país, y único foco de disidencia contra los fundamentalistas en la figura del llamado Frente de Resistencia Nacional (FRN).
Testimonios de residentes de la provincia denuncian por ejemplo que los talibán detuvieron a 80 personas a principios de junio en la localidad de Jenj, a las que procedieron a golpear sistemáticamente para que revelaran el paradero de combatientes del FRN. Una decena de los detenidos siguen todavía en manos de los talibán.
El actual movimiento antitalibán está dirigido por Ahmad Masud, hijo del legendario líder de la resistencia Ahmed Shah Masud, quien asesinado por Al Qaeda dos días antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, y el exvicepresidente Amrulá Saleh. Ambos hombres huyeron de Afganistán a finales de 2021, pero continúan dirigiendo operaciones desde el exilio y se cree que están al mando de miles de combatientes.
La cárcel de Jenj, asegura la población, alberga ahora a casi un centenar de personas acusadas por los talibán de supuestos vínculos con el grupo. Nadie, denuncia HRW, ha podido hablar con un abogado o con familiar alguno.
Estas acusaciones se suman a otras todavía más graves vertidas por HRW en lo que al conflicto armado en sí se refiere. El grupo denuncia que los talibán están bajo sospecha de llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales de presuntos combatientes de la organización y de exhibir, a modo de advertencia, los cuerpos sin vida de algunos guerrilleros
Para la directora adjunta de la organización, Patricia Gossman, se trata de un ejemplo más del "fracaso permanente de los talibán" a la hora de pacificar el país, una acusación que los talibán han rechazado categóricamente. "Los derechos de la gente están ahora mismo más seguros que nunca en Afganistán", según la nota del Ministerio de Exteriores talibán recogida por Tolo News.
Los líderes talibán han vetado el acceso al valle y dejado la ofensiva directamente en manos de su ministro de Defensa, el mulá Mohamed Yaqub. Las informaciones sobre los combates son escasas y los talibán suelen rechazar cualquier noticia sobre bajas entre sus filas.