MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Los militares acabaron en manos del Ejército congoleño cuando patrullaban, según Ruanda, la frontera entre ambos países el pasado 28 de mayo. Sin embargo, el Ejército congoleño dice contar con testimonios de los propios militares en los que reconocen que formaban parte de un comando que tenía intención de atacar el conflictivo territorio de Rutshuru, a 20 kilómetros de la frontera ruandesa.
Las relaciones entre República Democrática del Congo y Ruanda llevan tensándose desde hace años desde la llegada masiva al este de la RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994.
Tras cierta etapa de relajación diplomática, el conflicto volvió a ganar intensidad a finales del mes pasado, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador de Ruanda para denunciar el presunto apoyo del país vecino al grupo armado Movimiento 23 de Marzo (M23), al que expulsó de las conversaciones de acercamiento con grupos rebeldes que tienen lugar en Nairobi (Kenia) tras varios ataques, especialmente en Rutshuru, que han puesto en fuga a miles de personas.
Sin ir más lejos, este mismo fin de semana RDC ha acusado a Ruanda de perpetrar un "crimen de guerra" y otro de "lesa humanidad" en su territorio al matar a dos niños y herir a un tercero durante el bombardeo de una escuela en la provincia de Kivu Norte. Por contra, el Ministerio de Defensa de Ruanda, ha denunciado un ataque desde el país vecino con dos cohetes contra su territorio.
Ahora, y "gracias a la intervención diplomática" encabezada por el presidente angoleño, Joao Lourenço, "al Ejército ruandés le complace anunciar que los dos militares están a salvo y de vuelta en Ruanda", según el comunicado militar recogido por el diario ruandés 'The New Times'.
El Ejército ruandés mantiene su versión de que los dos militares fueron capturados por soldados congoleños aliados con la milicia de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de los años 90.
Por su parte, la Presidencia de Angola ha aplaudido la liberación como "un paso que tiene como objetivo reducir la tensión en la relación entre los dos países". Lourenço, que actúa también en calidad de presidente del organismo interregional de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (ICGLR), ha prometido seguir encabezando los esfuerzos de mediación.
