MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Bolsonaro ha puesto de relieve que el feto ya contaba con 29 semanas, por lo que "es inadmisible hablar de quitarle la vida a ese ser indefenso", sin embargo, la niña de once años violada no fue consciente del embarazo hasta la semana 22.
Después de que los medios de comunicación se hicieran eco de su mensaje de Twitter, Bolsonaro les ha acusado de intentar hacer creer está en connivencia con lo ocurrido, destacando que lo que le importa es el sufrimiento de la menor.
"Porque veo el sufrimiento de las víctimas y la cobardía de los violadores siempre he luchado por penas más duras para este delito, incluida la castración química (...). Para nosotros, tanto la de 11 años como la de 7 meses son vidas que hay que preservar (...) arrebatar una vida inocente (...) no cura las heridas ni hace justicia", ha valorado Bolsonaro en una serie de mensajes coronados con la fotografía de un bebe de casi siete meses.
El miércoles, la menor logró finalmente someterse a un aborto en un hospital de Santa Catarina, después de que en mayo el mismo centro le solicitara a la familia una autorización judicial tal y como marcan los protocolos del Ministerio de Salud cuando el embarazo ha superado las 20 semanas.
No obstante, si bien el Ministerio de Salud recomienda interrumpir el embarazo antes de que se cumplan 20 semanas, la legislación brasileña no establece límite alguno ni exige una autorización judicial para realizar este proceso.
A pesar de que la familia obtuvo una autorización judicial, la jueza del Tribunal de Justicia de Santa Catarina, Joana Ribeiro, retiró de manera momentánea a los padres la custodia de la menor y la envío a un centro de acogida, impidiendo así el aborto, relata el portal G1 del diario 'O Globo'.
Durante la audiencia judicial, la juez Ribeiro llegó a preguntar a la menos si "soportaría un poquito más" el embarazo "porque es un bebé" y "nacerá llorando", si quería tener el bebe, a lo que respondió que no, y si creía que el padre --es decir, el violador-- estaría de acuerdo en darle en adopción, según unos vídeos publicados en varios portales, de los que se han hecho eco medios brasileños.
Después de la repercusión del caso, la Fiscalía recomendó al hospital que realizara el procedimiento para interrumpir el embarazo de la niña y la jueza está siendo investigada por el Consejo Nacional de Justicia y por el departamento de asuntos internos del Tribunal de Justicia de Santa Catarina.