Hace dos años, Leili Ghazi dejó sus estudios de ingeniería biomédica en Irán y aprovechó una oportunidad para viajar a Estados Unidos y crear una nueva vida para ella y para sus padres.
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Ahora, la joven de 22 años está separada indefinidamente de su familia porque su padre cumplió el servicio militar obligatorio hace más de dos décadas como conscripto para una rama de las fuerzas armadas iraníes que el gobierno de Estados Unidos declaró años después una organización terrorista. Esa designación prohíbe a cualquier persona asociada viajar a Estados Unidos, incluyendo al padre de Ghazi.
“Él tuvo que hacer trabajos de oficina y trabajó en planos de edificios”, dijo Ghazi, que ha estado ansiosa y deprimida desde que se mudó a California. Ella esperaba que sus padres se le sumasen eventualmente, pero más adelante se enteró que el padre no podría. “Él no ha hecho ninguna actividad de guerra ni nada así”.
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Desde hace mucho tiempo ha sido difícil para los iraníes viajar a Estados Unidos y los solicitantes de visas a menudo esperan durante meses o años por el fin de los exámenes de antecedentes. Pero desde que el gobierno de Trump designó a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán como una organización terrorista en el 2019, se ha vuelto imposible para cualquiera que sirvió en esa rama, incluso de conscripto y en un papel no de combate, obtener una visa para viajar a Estados Unidos.
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Muchos irano-estadounidenses y sus familias esperaban que el gobierno de Joe Biden anulase la designación para que quienes fueron conscriptos pudiesen hacer el viaje. Apuntan que los hombres en Irán están obligados a servir en las fuerzas armadas si quieren obtener un pasaporte para salir del país, no pueden decir en cuál rama sirven y mayormente realizan tareas como pintura de paredes o trabajos de oficina.
Pero sus esperanzas fueron destrozadas cuando el secretario de Estado Antony Blinken dijo en abril que a menos que hubiese cambios en Irán no había planes de anular la designación. Admitió en declaraciones ante legisladores que los más afectados eran los conscriptos, mientras que “las personas que son realmente las malas no tienen intención de viajar” a Estados Unidos.
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“Debería haber excepciones y en estos momentos no tenemos excepciones”, dijo Ally Bolour, una abogada de inmigración en Los Ángeles cuy bufete ha presentado demandas sobre la aplicación de la designación. “Es injusto que el gobierno estadounidense arroje un manto sobre todo y ponga a todo el mundo junto. Es descuidado”.
Estados Unidos ha designado una larga lista de organizaciones terroristas desde los noventa, incluyendo Hamas y el peruano Sendero Luminoso. Pero esos grupos son casi todos milicias privadas, no entidades estatales, como la Guardia Revolucionaria, que enlista conscriptos bajo la ley.