MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La paciente, Andrea Prudente, estaba embarazada de 16 semanas cuando los médicos le confirmaron que el feto no era viable. Sin embargo, las autoridades maltesas le impidieron abortar, dado que en la isla la interrupción del embarazo es ilegal salvo que la vida de la gestante corra peligro.
Prudente fue evacuada finalmente a Mallorca, pero un grupo de 135 médicos han querido utilizar el caso para reclamar una revisión judicial, ya que consideran que entre dos y tres mujeres cada año quedan en esta especie de limbo legal.
La ginecóloga Isabel Stabile, promotora de la petición, ha advertido de que la mayoría de las mujeres carecen de un seguro privado que les permita buscar ayuda en el extranjero y arriesgan "innecesariamente" su vida por culpa de embarazos que no prosperarán en ningún caso.
"Los médicos tenían las manos atadas al no poder ofrecer a Prudente la atención que necesitaba", ha lamentado Stabile, quien ha recordado que tanto la paciente como los médicos se arriesgan a ser condenados en caso de desoír la normativa maltesa y realizar un aborto, según el periódico 'Times of Malta'.
Los médicos firmantes creen que casos como el de la turista estadounidense no sólo implican un daño para la salud física de la mujer, sino que también tiene efectos en su salud mental y en el derecho a la vida y a la salud.