ROMA, 30 (EUROPA PRESS)
"Ya no es el momento de regular las agendas de la Iglesia según la lógica del poder y la conveniencia del mundo, sino según la audaz profecía de paz del Evangelio", ha advertido el pontífice ante la delegación separada de Roma desde el año 1054, cuando se produjo el Gran Cisma de Oriente, en el que la Cristiandad quedó dividida en dos ramas: la Ortodoxa, cuyo Patriarcado quedó establecido en Constantinopla (la actual Estambul), y la Católica de Roma.
"Las conquistas armadas, las expansiones y los imperialismos no tienen nada que ver con el Reino que anunció Jesús", ha agregado.
En el encuentro con motivo de la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, Francisco no ha hecho una expresa mención del Patriarca ruso Kirill, que ha apoyado públicamente la invasión de Ucrania por parte del Gobierno de Vladimir Putin, pero ha señalado que Jesús "invita a ser misericordiosos y nunca violentos" y ha exhortado a "no ceder a la tentación de amordazar la novedad disruptiva del Evangelio con las seducciones del mundo y transformar al Padre de todos en el dios de las propias razones y naciones".
En una carta publicada en marzo y dirigida al CMI, el gran órgano ecuménico mundial, Kirill reiteró su posicionamiento junto a Putin y acusó a Bartolomé de Constantinopla de haber "creado" un "cisma" en su seno. A finales de abril, el Papa dejó claro que no era el momento de reunirse en persona con el patriarca Kirill de Moscú. "Nuestra diplomacia entendió que una reunión de los dos en estos momentos podía prestarse a muchas confusiones", reconoció entonces Francisco en una entrevista con el diario La Nación de Argentina.
Para el Papa, la búsqueda de la unidad de los cristianos "no es una cuestión interna de las Iglesias", sino "una condición indispensable para la realización de una auténtica fraternidad universal, que se manifiesta en la justicia y la solidaridad hacia todos".
