Las autoridades de Colorado sentenciaron a Megan Hess, dueña de una funeraria, tras ser acusada de engañar a sus clientes proporcionándoles cenizas falsas para vender los cuerpos de los difuntos clandestinamente.
De 2010 a 2018, Hess y su madre ofrecieron el servicio de cremación de los cuerpos humanos a un costo de por lo menos mil dólares, la realidad es que los cuerpos no eran cremados, sino cotizados por partes para venderlos al mejor postor.
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El martes pasado, Hess se declaró culpable en Grand Junction, por lo que cumplirá una sentencia de al menos 20 años tras las rejas. Por un acuerdo de culpabilidad, el tribunal federal decidió retirar algunos cargos, por lo que su situación judicial se encuentra en proceso.
La funeraria Sunset Mesa Funeral Home en Montrose, era administrada por Megan Hess, de 45 años, y su madre, Shirley Koch, quienes fueron arrestadas en 2020 y acusadas de seis cargos por fraude postal y tres por transporte ilegal de materiales peligrosos, a pesar de que un inicio se habían declarado como inocentes.
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Una fundación sin fines de lucro como disfraz
Según los informes de las primeras investigaciones, Hess creó una organización sin fines de lucro en 2009, llamada Sunset Mesa Funeral Foundation, que operaba como donataria (Donor Services, el término en inglés).
Ofreciendo cada cuerpo por lo menos mil dólares, las mujeres ganaron cientos de miles de dólares vendiendo los cadáveres completos o por partes a clientes que requerían cuerpos con ‘fines médicos, científicos o educativos’, según las declaraciones que dieron a la autoridad estadounidense.
Los fiscales encargados del caso aseguraron que la mayor parte de las donaciones habían muerto de enfermedades como el VIH.