CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Tras ordenar la expulsión de las Misioneras de la Caridad --congregación fundada por la Madre Teresa--, el gobierno nicaragüense ahora va por uno de los pocos periódicos locales que se atrevieron a informar sobre el hecho.
Dos conductores del periódico independiente La Prensa fueron encarcelados y la policía allanó los domicilios de dos reporteros, según un empleado de ese medio.
Los reporteros habían cubierto la expulsión el jueves de 18 monjas de las Misioneras de la Caridad después de que el gobierno del presidente Daniel Ortega ordenara a finales de junio el cierre de la congregación.
La medida se inscribe en la represión del gobierno de Ortega contra oponentes y casi todas las organizaciones cívicas no aliadas a su régimen.
El empleado de La Prensa, que solicitó el anonimato por razones de seguridad, dijo el viernes que dos choferes fueron llevados al tristemente célebre penal de El Chipote, donde se encuentran recluidas figuras políticas y del periodismo.
El gobierno ha encarcelado a casi 190 personas a las que organizaciones defensoras de los derechos humanos y el Departamento de Estado de Estados Unidos consideran presos políticos, entre ellas siete que podrían haber disputado a Ortega la presidencia en los comicios en los que se reeligió en noviembre.
Renata Holmann, hija de Juan Lorenzo Holmann, el encarcelado director de La Prensa, dijo que su padre sufría enfermedades crónicas y problemas adicionales de salud que desarrolló en el penal tras su arresto en agosto pasado.
Holmann fue detenido cuando la policía allanó y tomó el control de las oficinas de La Prensa. Después fue sentenciado a nueve años de cárcel por presunto lavado de dinero, un cargo fincado a menudo a opositores y periodistas.
El cierre de la rama local de las Misioneras de la Caridad aumentó a 758 el número de organizaciones no gubernamentales clausuradas en Nicaragua en los últimos cuatro años.
El gobierno asegura que estas organizaciones no cumplieron con el requisito de 2020 de registrarse como “agentes extranjeros”.
Aunque Ortega comenzó a cancelar a grupos que él consideraba vinculados con la oposición, el gobierno parece ahora determinado a eliminar a cualquier organización fuera de su control.
Las Misioneras de la Caridad estaban en Nicaragua desde hace 34 años, donde dirigían un centro infantil, un albergue para niñas y un asilo para ancianos. Las misioneras daban clases de música y teatro así como formación vocacional a niños víctimas de la violencia.
Las clausuras han afectado a una amplia gama de organizaciones, entre ellas la Asociación Sociedad Nicaragüense de Pediatría, el Instituto Nicaragüense de Desarrollo, la Confederación de Asociaciones Profesionales de Nicaragua y la Asociación Internet de Nicaragua.
También fueron cerrados el Centro Ecuestre Cocibolca, el Club Rotario de la ciudad occidental de León y la asociación Operación Sonrisa en Nicaragua que financió tres cirugías para niños con labio leporino y paladar hendido antes de que la clausuraran en marzo.
Un prominente empresario asociado con esa agrupación había participado en las protestas antigubernamentales de 2018.
Muchas de esas organizaciones se dedicaban a ayudar a las personas más marginadas en esta nación con amplios niveles de pobreza.
Ortega ha acusado a diversos grupos no gubernamentales de trabajar a favor de intereses extranjeros para desestabilizar a su gobierno.