MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La investigación ofrece pistas geológicas fundamentales sobre los primeros orígenes de Marte, según publican sua autores en la revista 'Nature Communications'.
Hace entre cinco y diez millones de años, un asteroide se estrelló contra Marte. Creó un enorme cráter y lanzó al espacio un trozo de la antigua corteza marciana en forma de nuevo meteorito, que acabó estrellándose en África.
Ahora se sabe de qué parte de Marte procedía ese meteorito, gracias a una tecnología impulsada por un superordenador que nos permite explorar la geología de los planetas sin salir de casa.
Los restos del meteorito NWA 7034, conocido como 'Black Beauty' (Belleza Negra), fueron descubiertos en el Sahara Occidental en 2011. La historia de su creación es contada por primera vez por un equipo mundial dirigido por investigadores de la Universidad de Curtin, con el apoyo del superordenador Pawsey de Perth (Australia) y con colegas de Francia, Costa de Marfil y Estados Unidos.
'Black Beauty' está formado por rocas marcianas que se formaron hace casi 4.500 millones de años, cuando las cortezas de la Tierra y de Marte eran aún jóvenes. Ahora que conocemos el origen de la 'Belleza Negra', los investigadores pueden utilizarla para comparar la formación de Marte y la Tierra.
La tecnología que ha permitido este descubrimiento se utilizará para identificar el origen de otros meteoritos marcianos, pero también para identificar miles de millones de cráteres de impacto en la superficie de Mercurio y la Luna. Hasta la fecha se han encontrado en la Tierra más de 300 meteoritos marcianos.
Los investigadores bautizaron el cráter con el nombre de Karratha, en honor a una ciudad de Australia Occidental que alberga una de las rocas más antiguas de la Tierra. El equipo quiere que la NASA dé prioridad a la zona del cráter Karratha como futuro lugar de aterrizaje en Marte.
El origen de las rocas de Marte se descubrió analizando miles de imágenes planetarias de alta resolución procedentes de diversas misiones a Marte.
El equipo, en el que han participado investigadores de Francia, Costa de Marfil y Estados Unidos, identificó unos 90 millones de cráteres de impacto mediante la ejecución de un algoritmo de aprendizaje automático en uno de los superordenadores más rápidos del hemisferio sur, en el Centro de Investigación de Supercomputación Pawsey. El algoritmo fue parcialmente desarrollado por Kosta Servis, un científico de datos senior del Centro.