Las rondas campesinas del distrito de Chillia, en el departamento de La Libertad, en el noroeste de Perú, liberaron este martes a seis mujeres secuestradas y torturadas a comienzos de julio y acusadas de cometer presuntos actos de hechicería.
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Según la Defensoría del Pueblo, las rondas campesinas celebraron una reunión, que se prolongó hasta la madrugada (hora local), y en la que acordaron poner en libertad a las mujeres después de que sus familiares interpusieran denuncias.
De hecho, el presidente de las rondas campesinas de Chillia, Manuel Quijano, ya apuntó en la jornada del lunes que la organización podría liberar a las mujeres siempre y cuando estas abandonaran la localidad y sus familias retirasen las mencionadas denuncias.
Sin embargo, Quijano se mantuvo firme en su teoría de que todas las apresadas estaban “plenamente identificadas” como responsables de “trabajos de hechicería”, según la emisora peruana RPP.
Una vez puestas en libertad, las seis víctimas de secuestro fueron enviadas a la ciudad de Huamachuco, donde se evaluaron sus condiciones de salud después de diez días de arresto y sin acceso a comida.
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De hecho, el jefe de la Oficina de la Defensoría del Pueblo, José Luis Agüero, mencionaron que a las mujeres no se les castigó con trabajos sociales, como defienden las rondas campesinas, sino que se les torturó, las pasearon desnudas por la zona, se les restregaron ortigas por el cuerpo e incluso les dieron latigazos.
Agüero informó de que con las imágenes y vídeos presentados por los familiares se tienen suficientes pruebas para evidenciar que hubo “malos tratos degradantes y humillantes”, e incluso hubo episodios de “tortura” por parte de las rondas campesinas.
Ocho mujeres fueron capturadas a principios de julio por la base ronderil de Chillia por haber practicado presuntos trabajos de brujería, según explicó el presidente de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas de La Libertad, Pablo Haro, que adelantó que dos de ellas ya habían sido puestas en libertad.
Este episodio se da en un contexto marcado por el reciente secuestro de dos periodistas por parte de las rondas campesinas en Chadín cuando tomaban declaraciones sobre Yenifer Paredes, cuñada del presidente Castillo, a la que se vincula con un supuesto delito de tráfico de influencias en la región.
Este incidente suscitó polémica en Perú, más aún cuando el primer ministro, Aníbal Torres, salió al paso para defender el trabajo en materia de seguridad que llevan a cabo las rondas campesinas, criticando para ello a las Fuerzas Armadas. Más tarde, este fin de semana, Torres rectificó sus palabras.