MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
En la silla había una imagen de la periodista, muerta de un disparo en la cabeza mientras informaba sobre una operación israelí en la ciudad cisjordana de Yenín. La familia de la reportera envió esta semana una carta a Biden, en la que acusa a Washington de "blanquear" su muerte.
Estados Unidos considera que, tras un examen realizado por sus expertos de la bala que mató a la periodista, la reportera "probablemente" partió de las posiciones del Ejército israelí, aunque ha subrayado que sería un disparo "no intencionado".
La familia ha expresado la "sensación de traición" por la "miserable respuesta" de Estados Unidos ante el "asesinato extrajudicial" de la periodista.
En la carta a Biden criticaron en particular que, a pesar de todas las pruebas recogidas por la prensa y las organizaciones de Derechos Humanos que apuntan a una "ejecución extrajudicial", la Administración negó "minuciosamente cualquier mínima posibilidad de una investigación rápida, minuciosa, creíble, meticulosa, creíble, imparcial, independiente, eficaz y transparente".
"En su lugar, Estados Unidos ha coqueteado con la eliminación de cualquier delito de las fuerzas israelíes" para finalmente "asumir la narrativa del Gobierno israelí", argumentó la familia de la periodista.