MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Fonseka, en su día también candidato presidencial, se ha declarado "listo para asumir la Presidencia" si es "invitado por la mayoría de los miembros del Parlamento" con el "acuerdo" de la principal alianza opositora del país, Unión del Pueblo Unido (Samagi Jana Balawega o SJB).
Como ya hiciera durante su primera apuesta presidencial, Fonseka ha aludido a sus "méritos" de guerra, y ha declarado que no dudara en "aceptar los desafíos" a los que se enfrenta el país, según declaraciones recogidas por el portal de noticias ceilandés Buzzer.
ONG pro Derechos Humanos denuncian masacres cometidas tanto por militares a las órdenes de Fonseka como por los rebeldes tamiles durante los últimos meses de la guerra civil, concretamente en abril de 2009, durante una campaña de bombardeos sobre reductos de los rebeldes abarrotado de civiles que fueron empleados como escudos humanos por los tamiles, y que dejó miles de fallecidos, entre ellos mujeres y niños.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch han calificado estas acusaciones como "creíbles" y exigido una investigación al respecto mientras que el general retirado ha negado las acusaciones de violencia sistemática y responsabilizado de las atrocidades a "elementos puntuales", además de ofrecerse para colaborar con las autoridades.
El general retirado acabó presentándose a las elecciones presidenciales de enero de 2010 aprovechando el crédito entre la población obtenido durante el conflicto, solo para acabar detenido fue detenido en febrero de 2010, acusado de desviar fondos en el transcurso de su campaña.
El ex general denunció que había sido víctima de una conspiración orquestada por el entonces presidente Mahinda Rajapaksa en una maniobra más de ese clan familiar para aferrarse al poder.
Fonseka regresa ahora en un escenario diferente marcado por la devastadora crisis económica que culminó en el levantamiento popular de la semana pasada y que acabó poniendo en fuga al entonces jefe del Estado y hermano de Mahinda, Gotabaya Rajapaksa, así como al propio Mahinda, reconvertido a primer ministro, cargo del que fue cesado por el mandatario durante las primeras semanas de las protestas.