MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El Ministerio de Sanidad sudanés ha señalado en un mensaje en su cuenta en la red social Facebook que hasta el momento se han confirmado 79 fallecidos y 199 heridos, antes de anunciar el envío de equipos médicos y suministros para atender a las víctimas.
Así, ha señalado que durante la jornada del lunes fue enviado un avión a la zona con once especialistas, incluidos expertos en medicina forense, así como cinco toneladas de medicinas y 50 kits de ayuda para abordar la situación.
Los enfrentamientos estallaron a finales de la semana pasada entre miembros de la comunidad berta y comunidades hausa, una situación que llevó al gobernador regional, Ahmed al Omda, a imponer un toque de queda para intentar contener los combates.
Al Omda ha prometido además detener a los responsables para que rindan cuentas y ha dicho que las autoridades trabajarán activamente para restaurar el orden y la coexistencia pacífica en la región, tal y como ha recogido el portal sudanés de noticias Sudan Tribune.
Por su parte, el Alto Consejo de la Administración Nativa emitió el lunes un comunicado para anunciar el envío de una delegación de altos cargos para intentar "calmar la situación" en Nilo Azul, antes de mostrar su "preocupación" por los incidentes.
El organismo reclamó además a las partes enfrentadas que "recurran a la sabiduría y la razón para poner fin a las hostilidades, los combates tribales y el discurso de odio", según ha informado la agencia estatal sudanesa de noticias, SUNA. En esta línea, reclamó a los gobiernos federal y regional que amplíen sus esfuerzos para detener estos incidentes y pidió al "pueblo benevolente" de Sudán que ayuden a dar respaldo a los damnificados por estos enfrentamientos.
La región de Qissan, y en general el estado del Nilo Azul, es escenario de conflicto desde 1986. Allí, las guerrillas llevan siendo durante décadas un serio problema para las autoridades, tanto para el depuesto dictador Omar al Bashir, como para la junta militar que ahora mismo controla el país.
El golpe de Estado de octubre de 2021 liderado por Abdelfata al Burhan derivó en la destitución del primer ministro civil, Abdalá Hamdok, si bien las presiones internacionales forzaron un acuerdo para restituirle en el cargo en noviembre, si bien dimitió en enero en protesta por la violenta represión de las protestas contra las autoridades militares.
El vacío de seguridad creado por la crisis política ha posibilitado un nuevo repunte de la violencia tribal en la zona, alimentada por la existencia de la presa del Renacimiento, el gigantesco proyecto de infraestructura de Etiopía que Sudán ha denunciado como un intento de explotación.