EUGENE, Oregon, EE.UU. (AP) — Esta vez no hubo conversación animada en la zona mixta. Una respetó la tristeza de la otra.
La panameña Gianna Woodruff y la colombiana Melissa González compitieron el miércoles en la misma semifinal de los 400 metros con vallas. La primera obtuvo la clasificación a la final, con el segundo puesto en su carrera, donde la segunda debió conformarse con el séptimo sitio.
Woodruff registró un tiempo de 53,69 segundos. Fue el segundo más alto en las tres carreras que conformaron la semifinal.
“Eso no importa tanto. Yo siempre tengo la actitud positiva”, dijo la atleta nacida en Santa Mónica California y quien decidió correr por el país de su madre Donna, originaria de la ciudad de Colón. “Desde hace unos meses estoy tratando de controlar mi mentalidad, para que me ayude. Y ahora por fin estoy en una final, en la que voy a dar todo. No veo por qué no pueda ganar una medalla”.
González también nació en Estados Unidos y optó por competir por un país en el que tenía raíces. Se decantó por Colombia, donde nació su padre, seleccionado nacional de basquetbol.
Lo que no compartió con Woodruff el miércoles fue un boleto a la final.
“Hoy hacía calor y fue una competencia muy difícil, pero no soy una persona que se rinda”, dijo la deportista de El Paso, Texas. “Yo quiero que la gente de Colombia me siga apoyando y voy a seguir peleando para que estén orgullosos”.
Con la eliminación de González, a la delegación colombiana parecen quedarle pocas oportunidades tangibles de medalla en un Mundial que se avizoraba ya complicado tras el retiro de Caterine Ibargüen, la precursora de la venezolana Yulimar Rojas en el trono del salto triple.
La misión se complicó aún más con las lesiones de Anthony Zambrano, plata en los 400 metros durante los Juegos Olímpicos de Tokio, y de Sandra Arenas, quien obtuvo también una presea de segundo puesto en la capital japonesa, pero en la marcha de 20 kilómetros.