EUGENE, Oregon, EE.UU. (AP) — Daniel Pintado tuvo que recibir ayuda para marcharse directamente a la enfermería, una vez que cruzó la meta de una competición donde el triunfo se le escapó en los últimos compases. Eider Arévalo rompió en llanto, mientras una mujer con una chaqueta de Colombia trataba de consolarlo.
José Luis Doctor contuvo apenas las lágrimas durante la entrevista. Tal vez estaba demasiado deshidratado para que le fluyeran.
La reducción de 50 a 35 kilómetros en la prueba más larga de marcha dentro del Mundial de atletismo no le restó en absoluto crueldad ni dramatismo. Y el desenlace dejó sin preseas en la rama masculina a los andarines latinoamericanos.
De hecho, marcó la extinción de cualquier oportunidad de medalla para México, Colombia y Ecuador en Eugene.
El italiano Massimo Stano se llevó el oro con un tiempo de 2 horas, 23 minutos y 14 segundos, una nueva marca en Mundiales, dado que fue la primera vez que la prueba se disputó.
La plata quedó en manos Masatora Kawano con 2:23:15. El japonés se desplomó de bruces apenas cruzada la meta junto al Autzen Stadium, casa de los Ducks de Oregon en el fútbol americano colegial.
El bronce fue para el sueco Perseus Karlström, con 2:23:44.
El ecuatoriano Pintado fue cuarto, a siete segundos de Karlström, como el latinoamericano mejor ubicado. El esfuerzo tremendo e infructuoso que realizó en los últimos cinco kilómetros en busca de no quedarse apeado del podio le agotó las últimas fuerzas.
Apoyado en los hombros de dos paramédicos, el campeón de los Juegos Panamericanos de 2019 en Lima fue llevado a través de la zona mixta, hacia una carpa donde recibió atención.
Así de dura fue la prueba.
“Agresiva, diría yo. Salimos duro desde el inicio”, explicó el colombiano Arévalo, quien fue octavo con 2:25:21. “Fue demoledor el ritmo. Hubo un momento que me sentí muy fatigado. Sin embargo seguí luchando, seguí luchando hasta el final. Quería estar en el podio como siempre. Uno siempre quiere estar adelante, y más que hace cinco años fui campeón mundial (Londres 2017). Sé que en algún momento volveremos a llegar a ese lugar”.
Los mexicanos Ricardo Ortiz y Ever Palma se situaron respectivamente en el undécimo y duodécimo peldaño.
José Luis Doctor, quien ocupó el grupo puntero durante largos minutos, vio rotas las esperanzas de darle a México lo que hubiera sido su única medalla en este Mundial. Se le infraccionó obligándolo a parar durante 3 minutos y relegándolo a la 22da posición.
“Decepcionado. Habíamos trabajado para más, ahora no se dio pero pues... sabemos que podemos estar peleando”, dijo Doctor, con la voz entrecortada, al mencionársele que su país no conseguirá ninguna presea en el Mundial. “Queríamos cerrar de la mejor manera, después de las participaciones de mis compañeros mexicanos. Anhelábamos esa medalla para México. Por un momento lo creí posible pero... ni modo”.
El peruano César Augusto Rodríguez se colocó en el 16to sitio, lejos de la proeza conseguida en la rama de mujeres por su compatriota Kimberly García, quien arrasó con el oro en los 20 y los 35 kilómetros.
"Siendo biampeona mundial mi compañera Kimberly, yo creo que la marcha está mejorando y espero que nuestro país también pueda apoyar. Hemos estado luchando y trabajando, mencionó Rodríguez, quien al igual que García, Pintado y varios más se entrena en Cuenca con el entrenador ecuatoriano Andrés Chocho, quien participó también en la carrera dominical y arribó 24to.
En la prueba femenina, las mismas marchistas ocuparon idénticos lugares en el podio y García dominó claramente el menos el último cuarto de ambas carreras.
La prueba masculina fue en cambio una historia de suspenso, bajo un brillante sol matutino. Karlström fue el único que repitió presea, para su segundo bronce.
Recién arrancada la carrera, el japonés Daisuke Matsunaga tomó una ventaja, que llegó a ampliar incluso a un minuto. Pasados los 20 kilómetros, el líder se desfondó y terminó 26to.
Lo rebasó un pelotón en el que figuraban los eventuales medallistas, así como Pintado, Doctor, Rodríguez, Arévalo y Ortiz, quienes se fueron alternando la punta. Los últimos cinco kilómetros sepultaron sus posibilidades de presea.