BUENOS AIRES (AP) — En momentos particularmente turbulentos para la economía argentina, cientos de personas volvieron a peregrinar y orar el domingo ante San Cayetano, santo del trabajo, para pedir pan, paz y sustento.
Después de haberse suspendido durante la pandemia, el peregrinaje se llevó a cabo por segundo año consecutivo en el barrio de Liniers, a las afueras de Buenos Aires, recuperando así una tradición muy querida entre los feligreses.
Varias personas, algunas desde distintos lugares del país, esperaban desde el comienzo de la madrugada para no perder su sitio y su posibilidad de pasar ante el santo, un sacerdote italiano del siglo XVI muy querido entre los seguidores del papa Francisco.
Mientras las filas seguían aumentando, una parte de los seguidores y diversos movimientos sociales del país marchaban hacia el centro de la ciudad para expresar al gobierno sus demandas de “pan, paz, tierra, techo y trabajo” y pedir medidas para combatir la inflación, el hambre y la pobreza.
Según cifras oficiales, el desempleo alcanzo al 7% de la fuerza laboral en el primer trimestre de 2022, aunque un 37% de los empleos son de carácter informal y no tributan para beneficios como la jubilación. Además muchas personas que tienen trabajo y reciben sueldo mínimo, entre otros, tienen dificultades para llenar la canasta básica.
En tanto, los ciudadanos siguen pidiendo a las autoridades que se conecten con lo que están viviendo.
“Que vean la realidad” porque ellos viven bajo custodia, declaró a The Associated Press, Alfredo Marti, uno de los peregrinos que realizaba fila para adorar al santo. “No ven lo que nosotros pasamos día a día en la calle”.
Otra de las peregrinas, Elmira Calpanchay, pidió que las ayudas sociales sean para quien realmente lo necesita y que trabajen, añadiendo entre lágrimas que “uno trabajó desde los 14 años”.
“Realmente estamos pasando en nuestro país una situación económica muy complicada y muy difícil” y es en esos momentos cuando los creyentes se acercan más a figuras como San Cayetano, relató a The Associated Press Ricardo Aloe, uno de los sacerdotes que participó de la ceremonia.
El tercer ministro de Economía en el espacio de un mes, Sergio Massa, asumió el miércoles su puesto de “superministro” y contará bajo su mando con tres ministerios en uno, Economía, Agricultura y Producción. La apuesta de Massa es el último intento del presidente Alberto Fernández para intentar contener una crisis que combina una inflación superior al 60% en los últimos 12 meses, y 36,2% en lo que va del año, la carga de un endeudamiento externo por más de 100.000 millones de dólares, escasez de reservas en el Banco Central y restricciones cambiarias que amenazan la estabilidad del gobierno.
La pobreza en Argentina afecta a 37,3% de los cerca de 47 millones de habitantes, según mediciones del segundo semestre de 2021, aunque analistas consideran que la cifra ha aumentado a causa de la inflación.
