CIUDAD DE GAZA, Franja de Gaza (AP) — Un ataque aéreo israelí mató a un comandante del grupo armado palestino Yihad Islámica, según anunciaron los combatientes el domingo. Era el segundo líder del grupo asesinado en un conflicto transfronterizo que iba en aumento.
Khaled Mansour, que lideraba las operaciones del grupo con apoyo iraní en el sur de la Franja de Gaza, murió el sábado por la noche, al día siguiente de que otro ataque israelí matara al comandante del grupo miliciano en el norte. Unos 30 palestinos han muerto en el nuevo estallido de los combates, que ha incluido cohetes lanzados hacia Israel y es el peor episodio de violencia entre Israel y milicianos palestinos desde el final de una guerra de 11 días en 2021.
Mientras tanto, las tensiones podrían agravarse con la celebración de un feriado judío en el que legisladores israelíes ultranacionalistas tenían previsto visitar un sensible lugar de culto en Jerusalén, conocido para los judíos como Monte del Templo y para los musulmanes como Noble Santuario. Esas visitas pueden ser un detonante habitual de choques entre israelíes y palestinos.
Las Brigadas de Al-Qdus de Yihad Islámica confirmaron el domingo que el ataque en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, había matado a Mansour y otros dos milicianos. El bombardeo también mató a cinco civiles, incluidos un niño y tres mujeres, al destruir varias viviendas.
Antes del ataque, el Ministerio gazatí de Salud había informado de 24 muertos por ahora en los combates en la franja costera, seis de ellos niños. Israel estimaba que sus ataques aéreos habían matado a unos 15 milicianos. Las cifras no se habían actualizado tras el ataque en Rafah.
Milicianos de Yihad Islámica seguían lanzando cohetes hacia Israel y el ejército israelí continuaba los ataques aéreos en Gaza, aunque la intensidad del fuego parecía remitir el domingo de madrugada.
Lo combates comenzaron el viernes, cuando Israel mató a un destacado comandante de Yihad Islámica en una serie de ataques que según las autoridades pretendían impedir una agresión inminente.
Hamas, un grupo armado más grande que gobierna Gaza, parecía mantenerse al margen del conflicto por ahora y limitó su respuesta. Israel y Hamas libraron una guerra hace apenas un año, uno de los cuatro grandes conflictos y batallas de menor escala que han mantenido a lo largo de 15 años, y que se cobró un duro precio sobre el empobrecido territorio donde viven dos millones de palestinos.
El ejército israelí dijo que un cohete perdido lanzado el sábado por la tarde por milicianos palestinos había matado a varios civiles, incluidos niños, en la localidad de Jabaliya, en el norte de Gaza. El ejército dijo haber concluido “sin duda” tras una pesquisa que el siniestro se debía a un lanzamiento fallido de Yihad Islámica. No había comentarios palestinos oficiales sobre el incidente.
Un trabajador médico palestino, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con la prensa, dijo que al menos seis personas, tres de ellas niños, habían muerto en la explosión.
Ataques israelíes mataron el sábado a una mujer de 75 años e hirieron a otras seis personas que se preparaban para asistir a una boda. Los ataques aéreos también destruyeron varias viviendas en la Franja de Gaza, algunas de ellas de miembros de Yihad Islámica.
La única central eléctrica en Gaza se detuvo el sábado a mediodía por falta de combustible. Israel ha mantenido cerrados los pasos fronterizos a Gaza desde el martes. Los gazatíes apenas podían disponer ahora de cuatro horas de electricidad diaria, lo que aumentaba su dependencia de generadores privados y agravaba la crisis energética crónica del territorio en la época de más calor del verano.