MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Es la conclusión de un estudio publicado en la revista 'PLOS Climate' por Laura Niggli de la Universidad de Zúrich (Suiza) y sus colegas, que abogan por una una evaluación de riesgos más sistemática.
En las últimas décadas, la frecuencia y la magnitud de los fenómenos climáticos extremos concurrentes, como el calor y la sequía, han aumentado. Estos fenómenos pueden afectar a muchos activos, sectores y sistemas diferentes del entorno humano, incluida la seguridad, la salud y el bienestar de las personas, aunque muchas evaluaciones de riesgos y planes de resiliencia solo tienen en cuenta los fenómenos individuales.
Para comprender mejor el modo en que los fenómenos meteorológicos extremos pueden afectar a los sistemas socioeconómicos interrelacionados, los autores del presente estudio realizaron un análisis cualitativo de tipo red, revisando en primer lugar los estudios de ocho fenómenos extremos históricos de calor y sequía concurrentes en Europa, África y Australia.
A continuación, recopilaron ejemplos de impactos interconectados en varios servicios y sectores críticos, como la salud humana, el transporte, la agricultura y la producción de alimentos, y la energía. Por ejemplo, los eventos de sequía redujeron las opciones de navegación fluvial, limitando el transporte de bienes críticos.
Al mismo tiempo, el transporte ferroviario se vio obstaculizado cuando el calor prolongado abrochó las vías. A partir de estos análisis, los investigadores crearon visualizaciones de los efectos interconectados de los eventos de calor y sequía concurrentes en esos servicios y sectores.
Los investigadores descubrieron que los procesos en cascada y las interconexiones más importantes se centraban en los sectores de la salud, la energía y la agricultura y la producción de alimentos. En algunos casos, las medidas de respuesta para un sector tuvieron efectos negativos en otros sectores.
Las investigaciones futuras deberían centrarse en las medidas de respuesta en sistemas interconectados para mejorar la resistencia a los fenómenos de calor y sequía compuestos, señalan los investigadores.
Según los autores, "se identificó una red interconectada de sectores que interactúan y causan pérdidas y daños adicionales en otros sectores. Esta interconexión multinivel hace que los riesgos de los fenómenos extremos compuestos sean tan complejos y críticos. Hay que concentrar más esfuerzos en el análisis de esos riesgos en cascada y en las estrategias para interrumpir esas cadenas de impactos, en lugar de compartimentar la evaluación de riesgos en eventos extremos, impactos y sectores individuales", añaden.
Laura Niggli añade que "este estudio presenta información cuantitativa y comprensión cualitativa sin precedentes sobre los impactos de los eventos combinados de calor y sequía en las principales regiones del mundo durante los últimos 20 años".
"Aporta nuevos conocimientos sobre la forma en que estos impactos se transmiten en cascada a través de sistemas críticos (salud, energía, producción de alimentos, etc.) y subraya la importancia de considerar adecuadamente estas cascadas de impacto en los esfuerzos de adaptación", concluye.