BUENOS AIRES (AP) — El fiscal del juicio contra la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner por presunta corrupción aseguró el viernes que es víctima de una campaña de la defensa de la acusada que busca debilitarlo psicológicamente y apartarlo del proceso.
“Soy un fiscal que actúa con libertad e independencia. Quiero ser claro: respeto y honro la función que cumplo", dijo el fiscal federal Diego Luciani en la audiencia judicial en la que rechazó el pedido de recusación que presentó en su contra Carlos Beraldi, abogado de la vicepresidenta.
Beraldi solicitó que Luciani y Rodrigo Giménez Uriburu -uno de los magistrados del tribunal que la juzga- sean apartados y que se declare nulo todo lo realizado por ambos durante el proceso al considerar que carecen de imparcialidad por mantener una supuesta relación de amistad.
Fernández de Kirchner está acusada de haber liderado durante su mandato (2007-2015) una organización delictiva que benefició a un empresario allegado en la adjudicación de medio centenar de obras viales en la provincia sureña de Santa Cruz.
El abogado de la dirigente peronista dijo que los dos funcionarios judiciales habrían jugado en el mismo equipo partidos de fútbol amateur en una casa de campo del expresidente Mauricio Macri (2015-2019), a quien la Fernández de Kirchner acusa de haber impulsado el caso que la llevó al banquillo de los acusados y las distintas causas judiciales que enfrenta.
Luciani negó haber tenido algún contacto con Macri y dijo que jamás tuvo “pertenencias políticas ni partidarias”. También rechazó tener cualquier animosidad contra los investigados y consideró que las razones que ameritarían su apartamiento no están dadas ya que no mantiene una amistad íntima con el juez Giménez Uriburu pese a jugar juntos al fútbol en un torno amateur.
Este es el primer juicio oral que encara Fernández de Kirchner. La vicepresidenta ha afrontado diversas investigaciones judiciales en los últimos años en las que fue absuelta sin llegar a juicio.
En el proceso están imputados, además de la exmandataria, el empresario Lázaro Báez, supuestamente beneficiado con la concesión de obras, y varios exfuncionarios.
Días atrás Fernández de Kirchner sostuvo en las redes sociales que el tribunal ya tiene “escrita y creo, a esta altura, hasta firmada” la sentencia y volvió a considerarse víctima de una persecución por parte de sectores de la justicia a los que vincula con Macri, su sucesor en el poder y uno de los referentes de la oposición.
El abogado de la vicepresidenta también recusó al juez Jorge Gorni, otro de los miembros del tribunal, por haberse reunido con Patricia Bullrich cuando ejercía como ministra de Seguridad en el gobierno de Macri.
Cada petición de recusación debe ser resuelta por los jueces del tribunal no recusados. La defensa de Fernández de Kirchner puede apelar una eventual decisión contraria a su pedido ante una instancia judicial superior. Mientras la cuestión se dilucida, el juicio seguirá adelante.