BRUSELAS, 17 (EUROPA PRESS)
La cita, que cuenta con la participación del Alto Representante de la UE de Política Exterior, Josep Borrell, viene marcada por dicha tensión fruto de los bloqueos de pasos fronterizos de la comunidad serbia en protesta por la aplicación de una ley --ya pospuesta por un mes-- por la cual las personas provenientes de Serbia que entrasen en Kosovo debían entregar sus documentos de identidad, que serían reemplazados por otros emitidos en Pristina.
La situación llevó a pronunciarse a la misión de la OTAN en Kosovo, que recordó su compromiso con la seguridad en la zona y recalcó su preparación para intervenir ante una posible espiral de violencia.
La jornada previa, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se ha reunido, por separado, con Vucic y Kurti a los que ha pedido responsabilidad para evitar las tensiones, recordando que su misión KFOR puede desplegarse para garantizar la estabilidad en la zona.
En sendas ruedas de prensa en la OTAN, Kurti ha atribuido los bloqueos a bandas organizadas serbias, "en un lado hay fuerzas policiales de un estado democrático de Kosovo y en el otro estructuras ilegales de Serbia que son bandas criminales que levantan barricadas", ha llegado a decir, mientras que Vucic ha rechazado las acusaciones de Pristina sobre su cercanía a Rusia y ha defendido "diálogo, negociación, compromisos y no chantajes contra Serbia, sobre cómo tiene que actuar o qué tiene que reconocer".
MÁS DE DIEZ AÑOS DE DIÁLOGO BELGRADO-PRISTINA
Antes en junio de este año, Belgrado y Pristina llegaron a un acuerdo para una 'hoja de ruta' que permita resolver problemas en la distribución de energía en el norte del enclave, de mayoría serbia. Con este pacto, las partes se comprometieron a poner en marcha los acuerdos energéticos alcanzados en 2013 y 2015, pero que solo se han aplicado de manera parcial.
Con todo, las conversaciones auspiciadas por la UE han vivido distintas fases sin llegar a ningún acuerdo de calado desde que arrancaran hace ya más de una década. En este periodo se han vivido lapsos de hasta año y medio sin conversaciones ante la incertidumbre política en la región.
El último cara a cara entre Vucic y Kurti en Bruselas se remonta a junio de 2021, cuando el dirigente kosovar viajó por primera vez a la capital comunitaria meses después de ser elegido primer ministro. Entonces el encuentro sirvió para escenificar la reanudación del proceso, pero no produjo resultados concretos. En aquella ocasión, Borrell instó a las partes a aprovechar el impulso de la UE con la región de los Balcanes y pidió enfocarse en generar resultados.
"Sabemos que no es fácil el diálogo, pero este proceso y el contacto sincero es necesario y va en beneficio de la población de Kosovo y Serbia", argumentó el jefe de la diplomacia tras un encuentro que todas las partes reconocieron que no fue fácil.
La UE percibe el diálogo entre Belgrado y su antigua provincia no solo como un paso ineludible para normalizar las relaciones tras la independencia de Kosovo de 2008, que varios Estados miembros del bloque, entre ellos España no reconocen, sino para poner las bases para la senda europea de ambos y forjar una estabilidad política y económica a largo plazo en toda la región de los Balcanes.
Kurti es considerado más escéptico que anteriores mandatarios con respecto al acercamiento a Serbia y se ha mostrado poco proclive a cerrar un pacto si implica ceder ante Belgrado. Igualmente, Vucic ha perdido la esperanza en el proceso y en declaraciones antes de la cita de este jueves ya ha asegurado que no espera nada en particular del encuentro.