MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
La Policía ya mantenía recluidos a Álvarez y a varios de sus colaboradores desde el 4 de agosto, pero finalmente este viernes de madrugada lanzó una operación con el objetivo de "recuperar la normalidad" en Matagalpa.
"Durante varios días se esperó con mucha paciencia, prudencia y sentido de la responsabilidad una comunicación positiva del Obispado de Matagalpa que nunca llegó", ha explicado la Policía en el comunicado con el que ha justificado la intervención.
El obispo permanece "en resguardo domiciliar" y, según las autoridades, ha podido recibir las visitas de varios de sus familiares y del vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Leonardo Brenes.
El Gobierno de Ortega acusa a la iglesia católica de fomentar la movilización ciudadana que estalló en 2018 y en las últimas semanas ha endurecido la persecución sobre organizaciones y líderes religiosos. El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha mostrado "preocupado" este viernes por esta represión.