MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La Policía ya mantenía recluidos a Álvarez y a varios de sus colaboradores desde el 4 de agosto, pero finalmente el viernes de madrugada lanzó una operación con el objetivo de "recuperar la normalidad" en Matagalpa.
Tanto la Policía como Murillo han alegado que no cabía otra respuesta después de que no hubiese "una comunicación positiva" por parte del obispo. En este sentido, la esposa del presidente, Daniel Ortega, ha apuntado que corresponde a las fuerzas de seguridad "custodiar la paz, la seguridad y la tranquilidad de las familias nicaragüenses", según el Canal 6.
Murillo ha explicado que el Gobierno está al tanto de lo que ocurra y ha defendido la "cultura del encuentro", a pesar de que la actuación contra Rolando Álvarez ha derivado en críticas de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, entre ellas la ONU.
El Gobierno de Ortega acusa a la iglesia católica de fomentar la movilización ciudadana que estalló en 2018 y en las últimas semanas ha endurecido la persecución sobre organizaciones y líderes religiosos.