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PFAS, el enemigo ‘eterno’ y silencioso que la ciencia busca combatir

Los PFAS están por todas partes, y no hay ningún proceso natural en el agua o el suelo que descomponga estas sustancias químicas.

JAKARTA, INDONESIA - 30 DE MAYO: Un hombre sabotea la madera de las aguas de una embarcación cubierta de residuos plásticos el 30 de mayo de 2018 en Yakarta, Indonesia. Indonesia ha sido clasificada como el segundo mayor contaminador marino del mundo, sólo por detrás de China, con informes que muestran que el país produce 187,2 millones de toneladas de residuos plásticos cada año. Al igual que muchos países en desarrollo, Indonesia carece de la infraestructura necesaria para gestionar eficazmente sus residuos y el problema ha llegado a ser tan grave que el ejército de la nación ha sido llamado para ayudar a la limpieza cuando sus ríos y canales estaban obstruidos con densas masas de botellas, bolsas y otros envases de plástico. Según los estudios, en 2050 podría haber más plástico en el mar que peces, y las propias partículas de plástico podrían estar en nuestro marisco, ya que los peces consumen trozos de plástico que están recubiertos de bacterias y algas, imitando sus fuentes naturales de alimentación. (Foto de Ed Wray/Getty Images)
¿Qué son los PFAS? Se trata de sustancias químicas que contaminan el agua y el suelo y que se han detectado incluso en la sangre de las personas (Ed Wray/Getty Images)

Se encuentran entre nosotros, y están asociados a problemas de salud como enfermedades de la tiroides, daños en el hígado y cáncer. Se trata de los productos químicos PFAS, inventados por el hombre y que, aunque parecían una buena idea al principio, su resistencia y capacidad de “durar para siempre” hoy es un problema grave.

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) surgieron como una opción para mejorar la vida del ser humano. Por ejemplo, el teflón, que facilita la limpieza de las ollas desde la década de 1940. Además se fabricaron chamarras impermeables y alfombras resistentes a las manchas. Los envoltorios de los alimentos, la espuma contra incendios e incluso el maquillaje parecían mejores con PFAS.

Sin embargo, al poco tiempo, los análisis de laboratorio empezaron a detectar PFAS en la sangre de las personas. De hecho, los PFAS están presentes en el suelo, el polvo y el agua potable de todo el mundo.

“Los estudios sugieren que se encuentran en el 98% de los cuerpos de los estadounidenses, donde se han asociado a problemas de salud como enfermedades de la tiroides, daños en el hígado y cáncer de riñón y testículos. Actualmente existen más de nueve mil tipos de PFAS. A menudo se les denomina ‘sustancias químicas eternas’ porque las mismas propiedades que las hacen tan útiles también garantizan que no se descompongan en la naturaleza”, comenta Daniel Jones, profesor Departamento de Bioquímica y Biología Molecular Universidad Estatal de Michigan.

Los PFAS son un fenómeno mundial: estas sustancias químicas se detectan en la sangre humana en todas las partes del mundo, incluso en los lugares más remotos. La solución del problema de la contaminación requerirá la cooperación internacional, pero debe basarse en buenos principios y hallazgos científicos.

—  A. Daniel Jones, profesor Departamento de Bioquímica y Biología Molecular Universidad Estatal de Michigan

Existen científicos que están trabajando en métodos para capturar estas sustancias químicas sintéticas y destruirlas, pero no es sencillo.

El bioquímico Daniel Jones y el científico del suelo Hui Li trabajan en soluciones para los PFAS en la Universidad Estatal de Michigan y explicaron las prometedoras técnicas de destrucción de PFAS que se están probando en la actualidad.

Pero, ¿Cómo llegan los PFAS de los productos cotidianos al agua, al suelo y, finalmente, a los seres humanos? Los especialistas explican que “hay dos vías principales de exposición a los PFAS que llegan a los seres humanos: el agua potable y el consumo de alimentos”.

“Los PFAS pueden llegar al suelo a través de la aplicación de biosólidos, es decir, de los lodos procedentes del tratamiento de aguas residuales, y pueden filtrarse desde los vertederos. Si los biosólidos contaminados se aplican a los campos agrícolas como fertilizantes, los PFAS pueden llegar al agua y a los cultivos y verduras”, explica Jones.

Además, “el ganado puede consumir PFAS a través de los cultivos que come y del agua que bebe. Se han registrado casos en Michigan, Maine y Nuevo México de niveles elevados de PFAS en la carne de vacuno y en las vacas lecheras. Todavía se desconoce en gran medida la magnitud del riesgo potencial para los seres humanos”.

Eliminar los PFAS, un nuevo reto para la ciencia

Los científicos de la Universidad Estatal de Michigan están trabajando en materiales que se añaden al suelo y que podrían evitar que las plantas absorban los PFAS, pero dejarían los PFAS en el suelo.

Sin embargo, no es sencillo lograrlo. Aunque, por ejemplo, existen métodos para filtrarlos del agua, estos métodos son caros para los proyectos a gran escala, y todavía hay que eliminar las sustancias químicas.

El método más común para destruir los PFAS es la incineración, pero la mayoría de los PFAS son notablemente resistentes a la quema. La mayoría de los PFAS se descomponen por completo a temperaturas de incineración de unos mil 500 grados Celsius. pero es un proceso que requiere mucha energía y los incineradores adecuados son escasos.

“Hay otras técnicas experimentales que son prometedoras, pero que no se han ampliado para tratar grandes cantidades de sustancias químicas”, comenta Jones.

“El gran reto de la solución es asegurarse de que no empeoramos el problema liberando otros gases o creando sustancias químicas nocivas. Los seres humanos tienen una larga historia de tratar de resolver problemas y empeorar las cosas. Si hay una lección que aprender, es que tenemos que pensar en el ciclo de vida completo de los productos. ¿Cuánto tiempo necesitamos realmente que duren los productos químicos?”, concluye el especialista.

3 PREGUNTAS CON

A. Daniel Jones, profesor Departamento de Bioquímica y Biología Molecular Universidad Estatal de Michigan

A. Daniel Jones, profesor Departamento de Bioquímica y Biología Molecular Universidad Estatal de Michigan
En entrevista con: A. Daniel Jones, profesor Departamento de Bioquímica y Biología Molecular Universidad Estatal de Michigan (Cortesía)

¿Cuáles son las principales consecuencias de que los PFAS estén en cualquier lugar del mundo, incluso en el agua potable?

Las principales consecuencias en las que nos centramos han sido los efectos de la exposición a los PFAS en la salud humana, que pueden manifestarse en múltiples resultados de salud que van desde la enfermedad de la tiroides, varios tipos de cáncer y la reducción de la inmunidad a las vacunas, por nombrar sólo algunos.

Sin embargo, los PFAS tienen el potencial de afectar a la fauna y al ganado, pero todavía no sabemos mucho sobre estos efectos. Las sustancias químicas de los PFAS están compuestas por un gran número de sustancias diferentes, y aún no sabemos lo suficiente como para predecir por completo cuáles son las más responsables de los resultados para la salud.

Esto es alarmante. ¿Cómo podemos prepararnos para la posibilidad de que este fenómeno se agrave en el futuro?

Si los seres humanos siguen fabricando más sustancias químicas PFAS, lo que es probable, más rápido de lo que se descomponen (lo que es extremadamente lento), es probable que algunos compuestos PFAS sean más abundantes en nuestra agua, alimentos y en nosotros mismos.

Todavía no sabemos mucho sobre las sustancias químicas a las que estamos expuestos, más allá de que provienen del agua potable, los alimentos y otros productos de consumo. Una de nuestras mejores esperanzas es insistir en que los usos no esenciales de las sustancias químicas PFAS (o, para el caso, cualquier sustancia química que persista en el medio ambiente) sean sustituidos por alternativas más seguras, pero esto requerirá una gran cantidad de investigación para establecer los riesgos y la seguridad.

¿Cuáles son los próximos pasos en su investigación sobre los PFAS?

Estamos realizando estudios para medir la absorción de PFAS en los organismos acuáticos y esperamos utilizar esta información para comprender mejor cómo las mezclas de sustancias químicas PFAS contribuyen a la toxicidad. Hay demasiadas sustancias químicas PFAS para medirlas todas, y disponer de métodos biológicos para evaluar sus efectos debería resultar más útil que intentar medir y comprender los efectos de cada sustancia química por separado.

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