MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
La cita en Spa es la que finalmente inicia la nueva reglamentación anunciada hace tiempo por la FIA, "en interés de la seguridad de los pilotos", para que los equipos puedan hacer frente al porpoising, el rebote que sufren los monoplazas.
Pese a la incertidumbre de si afectará a la lucha en el Mundial, los dos equipos que lideran la temporada, Red Bull y Ferrari, no temen problemas por estos cambios que tendrán que hacer para que los pilotos no se enfrenten a demasiadas oscilaciones verticales.
"Creo que es un problema que está desapareciendo, lo llevamos como algo normal. Si tiene problemas levantas el coche y, si no, puedes bajar más el coche como hemos hecho durante décadas. La medida es que haya presión sobre los equipos para que impidan el porpoising en sus coches y vigilar mejor la legalidad para que no se juegue demasiado con los límites", apuntó el jefe de Ferrari, Laurent Mekies.
Mientras, el director de Red Bull, Christian Horner, avanzó mayor dificultad con la normativa que llegará en 2023. "Esta medida de ahora no es un problema. La discusión mayor será con la regulación del año próximo, que puede ser un rediseño del coche si se eleva como están diciendo", apuntó.
"Con ganas de ajustarnos a ella y sin problema. Los pilotos se habían quejado de este rebote, no será tan rápido, pero sabemos trabajar y tenemos claro dónde hacerlo para no tener preocupaciones", dijo el director deportivo de Alpine, Alan Permane.