L’AQUILA, Italia (AP) — En un peregrinaje a un poblado en las montañas de Italia, el papa Francisco elogió el domingo a un papa del siglo XIII que renunció para dedicarse a una vida de ermitaño.
Francisco fue a L’Aquila en los montes Apeninos, afectada por un terremoto en el 2009 en el que murieron 305 personas.
El papa buscó impulsar la tradición veraniega iniciada por el papa Celestino V hace 728 años, de animar a los fieles a pedir perdón por sus pecados.
La Basílicia de Collemaggio en L’Aquila contiene los restos de Celestino, quien abdicó en 1294 después de solo unos meses como papa.
Como pontífice, Celestino inició la costumbre cada agosto de pasar por la Santa Puerta de la basílica. Tras cumplir con ciertos requerimientos religiosos, los fieles pueden recibir una indulgencia plenaria, que les libra de todo castigo por pecados.
“Los humildes aparecen a los ojos del hombre como débiles y perdedores, pero en realidad son los verdaderos ganadores porque son los únicos que confían totalmente en el Señor y conocen su Voluntad”, declaró Francisco.
“La humildad no consiste en devaluarse sino en el realismo saludable de reconocer nuestro potencial pero también nuestra miseria”, añadió Francisco.
Alabó al “valiente” Celestino porque “ningún poder pudo encarcelarlo o limitarlo”.