MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
"Las restricciones de los hutíes han obligado a los civiles a utilizar carreteras de montaña peligrosas y mal mantenidas que son la única conexión entre la población sitiada de la ciudad de Taizz y el resto del mundo", ha explicado Michael Page, subdirector para Medio Oriente y África del Norte de Human Right Watch (HRW).
En esta línea, Page ha afirmado que "abrir las carreteras principales ayudaría enormemente a aliviar el sufrimiento de una población que ha estado en un aislamiento casi total durante siete años", ya que las principales vías de entrada y salida de la ciudad han estado cerradas desde 2015.
"Taizz se ha convertido en nada más que una carta en la mesa de negociación. Los civiles están pagando un alto costo para ejercer su derecho de circulación y acceder a necesidades básicas como alimentos, agua y materiales básicos", ha declarado Radhya Al Mutwakel, presidenta de la ONG yemení Mwatana for Human Rights.
Mutwakel ha añadido que el grupo armado "debe poner fin de inmediato a las restricciones indebidas" para que "todos los civiles yemeníes viajen libremente por su país".
Así, las organizaciones han pedido a las fuerzas hutíes que garanticen que todos los civiles abandonen con seguridad cualquier área de peligro potencial, mientras que ha indicado que cualquier restricción a la libertad de movimiento tiene que ser temporal "y por razones de necesidad militar imperativa".
Asimismo, deben garantizar el movimiento libre y seguro del personal humanitario para facilitar la entrega de alimentos, suministros médicos y productos esenciales.
En las negociaciones para la tregua que hay vigente desde el 2 de abril, Naciones Unidas incluía una disposición para "invitar a las partes a una reunión para acordar la apertura de carreteras".
No obstante, después de promover una reapertura gradual, las fuerzas hutíes han rechazado la propuesta en repetidas ocasiones. El progreso en estas negociaciones "sigue siendo difícil de alcanzar, a pesar de los esfuerzos", denuncian las ONG.
