MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
La que fuera Nobel de la Paz en 1991, está desde junio bajo arresto en su domicilio de la capital, Naypyidaw. Suma ya once cargos que le han supuesto veinte años de prisión. Ella niega las acusaciones y los juicios, a puerta cerrada y sin posibilidad de que sus abogados se comuniquen con los medios, han sido cuestionados por grupos de Derechos Humanos debido a sus motivaciones políticas.
Suu Kyi, que ya fue condenada durante los últimos meses a seis años de cárcel por incitación, saltarse las restricciones contra la pandemia y violar una ley sobre telecomunicaciones, aún hace frente a cargos por violar la Ley de Secretos Oficiales, fraude electoral y corrupción.
El golpe fue perpetrado por el Ejército para anular los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Suu Kyi se hizo con la mayoría parlamentaria, argumentando que había habido fraude, una afirmación cuestionada por observadores internacionales.
Pese a ello, los parlamentarios de la NLD tomaron posesión posteriormente en una ceremonia informal y reeligieron a Suu Kyi para un segundo mandato. Al igual que Suu Kyi, el presidente del país, Win Myint, también permanece detenido.
El golpe se vio seguido por una dura campaña de represión contra opositores, activistas y manifestantes que se ha saldado hasta la fecha con más de 2.260 muertos y alrededor de uno 15.350 detenidos, según datos publicados por la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) a través de su cuenta en Twitter.
