A Tijuana le urge un nuevo panteón para depositar los restos de cientos de personas que anualmente pierden la vida en esta frontera y nadie reclama, porque saturan tanto el Servicio Médico Forense (Semefo) como la actual fosa común, en el panteón.
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De acuerdo con el Poder Judicial, responsable del Semefo y de disponer de los restos no identificados, el forense de esta ciudad, la más poblada del país, recibe hasta 20 cadáveres por día.
“Son todas las muertes violentas, no solo las que tienen que ver con el crimen organizado(...) Desafortunadamente somos la ciudad que manda más cuerpos a fosa común en el año. Cerca de mil 400 mandamos el año pasado”, dijo el magistrado presidente, Alejandro Isaac Fragozo López.
El servicio forense, instalado muy cerca de la zona centro del municipio, tiene capacidad para 500 cuerpos, pero desde hace al menos un año se mantiene con un promedio de 800.
Para responder a la demanda de espacios, el Poder Judicial y el gobierno estatal anterior consiguieron una caja de tráiler refrigerada que llevaron a un nuevo y lejano edificio construido en la periferia de Tijuana que está destinado a convertirse próximamente en la Ciudad Judicial.
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“Sí se planeó, sí se hizo, pero ya se saturó. Tenemos ese tráiler que tiene 150 cuerpos”, mencionó el magistrado presidente que no puede enviar ningún cuerpo a fosa común si no es liberado antes por la Fiscalía General Estatal (FGE), lo que sucede hasta que esta autoridad obtiene, mediante un lento proceso, el perfil genético de la víctima para almacenarlo.
Esta conocida saturación que tantos dolores de cabeza ha dado a los hogares y comercios ubicados cerca de Semefo por el olor que despide cuando sus refrigeradores resultan insuficientes para conservar los cadáveres, se desfogaría con un nuevo cementerio para los cuerpos sin identificar, asegura Fragozo López.
“Ya la fiscalía se comprometió a hacer un plan de emergencia y contingente por el lapso de dos meses para efecto de poder desahogar los cuerpos, liberar los cuerpos. Mandarlos a la fosa común”, reiteró.
El problema es que allí también queda poco espacio y en los primeros seis meses del año ya fueron enviados 821 cuerpos más, según datos oficiales.
LA PROMESA DEL PANTEÓN FORENSE
Las fosas a las que hoy son enviados los cuerpos que nadie identifica están junto a las tumbas del panteón municipal número 13, en la parte este de Tijuana colindante con la ciudad de Tecate. Es un terreno rústico bajo un clima seco donde se observan montículos de tierra y cruces blancas, algunas de ellas colocadas por voluntarios.
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El lugar está al 90% de su capacidad, por eso el Poder Judicial está esperando desde hace al menos un año que el Ayuntamiento de Tijuana done un nuevo terreno para crear un sitio muy distinto al que hoy existe junto al panteón municipal, que por cierto también está cumpliendo ya su vida útil.
Guadalupe Aragón Sosa encontró a su hijo en una de esas fosas comunes luego de ocho meses de búsqueda, tiempo en el que se supone que las autoridades atendían su denuncia, porque nunca lo encontraron.
“Me hicieron el ADN y que no salía positivo, que me salía negativo con todos los desaparecidos, con los no reconocidos”, recuerda ella.
Resultó que Carlos Gabriel Leyva Aragón estaba en la fosa común debajo de otros cuerpos sin identificar, por lo que su desesperada madre tuvo que reunir 60 mil pesos para exhumarlos para llegar al de su hijo.
Fernando Ocegueda Flores, presidente de la Asociación por los desaparecidos en Baja California, dice que el también llamado panteón ministerial busca precisamente evitar la revictimización de los familiares de personas desaparecidas resguardando los restos de personas sin identificar en nichos para que sea más sencillo recuperarlos si es necesario.
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“Cuando (haya) una investigación por parte de la fiscalía o de los familiares que piden un ADN en un cuerpo en exclusivo, vas y lo sacas del nicho. Es mucho más fácil y evitas el dolor a la gente, la revictimización”, comentó.
Pero el primer terreno que ofreció para este proyecto el pasado Ayuntamiento resultó estar en litigio.
Ahora los gobiernos de la ciudad y estatal están ofreciendo un nuevo terreno cada uno, y el Poder Judicial podrá elegir el que más convenga, aunque todavía falta dinero.
“No hay un presupuesto por parte de ellos. Nosotros sí tenemos una partida, pero Sidurt (Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Territorial del estado), también está dispuesta a construir”, afirmó el presidente magistrado.
En una primera etapa habría 600 nichos y después podrían subir a dos mil, según sus primeras estimaciones.
“Con eso ya se desfogaría bastante el Servicio Médico Forense (...) Es un tema de urgencia”, insistió.