BRUSELAS, 12 (EUROPA PRESS)
En un informe especial, los auditores europeos reconocen la capacidad del Ejecutivo comunitario y de los Estados miembro de negociar una cartera inicialmente diversificada y suficiente de vacunas experimentales, aunque señala puntos débiles en la campaña como que el bloque llegara por detrás de Reino Unido y Estados Unidos al proceso de compra o que sus condiciones iniciales de negociación fueran poco exigentes.
También afean que la Comisión aún no haya examinado ni evaluado el proceso de compras conjuntas para poder "extraer lecciones para el futuro", ni tampoco prevea someter su sistema de contratación en caso de pandemia a "pruebas de resistencia o simulaciones".
De hecho, entre sus recomendaciones, el Tribunal de Cuentas de la UE pide a Bruselas una evaluación de riesgos respecto al sistema de contratación de la UE y que proponga medidas adecuadas para solventar las deficiencias que se identificaran en el horizonte de mitad de 2024.
Asimismo consideran que el Ejecutivo comunitario debería realizar ejercicios para poner a prueba todas las partes de su sistema actualizado de contratación en caso de pandemia, incluida la recopilación de datos e información, para identificar las insuficiencias y los ámbitos susceptibles de mejora y publicar los resultados.
El informe evoca de manera breve la polémica que salpicó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, por los mensajes de texto que intercambió con el consejero delegado de farmacéutica estadounidense Pfizer, Albert Bourla, en contactos previos a la negociación del contrato de compra y que Bruselas dice que fueron borrados y no ha explicado.
Los auditores señalan que el contrato con Pfizer/BioNTech fue "el único" en el que no participó el equipo negociador formado por los Estados miembros y el comité rector, un requisito sin embargo obligatorio en las decisiones de compras de vacunas contra el coronavirus que fija la UE.
Es el mayor contrato de vacunas contra el COVID-19 firmado por la Comisión y dominará la cartera de vacunas de la UE hasta el final de 2023, según indican los propios auditores, que apuntan que pese a pedir información detallada al Ejecutivo comunitario no les fue remitida "ninguna".
El Tribunal de Cuentas de la UE señala asimismo que los negociadores de la UE no analizaron plenamente las dificultades de las cadenas de producción y suministro en la fabricación de vacunas hasta después de la firma de la mayoría de los contratos.
Las condiciones de los contratos evolucionaron a lo largo del tiempo y los firmados en 2021 contienen disposiciones más estrictas sobre cuestiones clave como los plazos de entrega y la ubicación de la producción que los firmados en 2020.