MANILA, Filipinas (AP) — El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., afirmó que es erróneo describir a su difunto padre como un dictador y asegurar que su brutal régimen de ley marcial en la década de 1970 no tenía como objetivo prolongar su control del poder. Los comentarios fueron rechazados inmediatamente por los activistas de los derechos humanos.
El hijo homónimo del expresidente derrocado durante una revuelta a favor de la democracia en 1986 también negó en una entrevista televisiva emitida a última hora del martes que él y su familia estuvieran tratando de maquillar la historia.
Fue la primera vez desde que asumió el cargo en junio que Marcos Jr. abordó algunas de las cuestiones controvertidas que lo han perseguido a él y a su familia. La transcripción de la entrevista realizada por la presentadora de televisión y actriz Toni Gonzaga, que apoyó la candidatura de Marcos Jr., fue publicada por su secretario de prensa.
A la pregunta de si le han afectado las referencias de los medios de comunicación a él como hijo de un dictador, Marcos Jr. respondió: “No. Me dolería si tuvieran razón, pero están equivocados”.
“¿Cuántas veces he estado aquí, en esta sala, donde se consultaba con diferentes grupos?”, dijo en la entrevista realizada en el palacio presidencial de Malacanang, en Manila, donde su padre ocupó el cargo tras ascender a la presidencia en 1965. “Un dictador no consulta. Un dictador se limita a decir ‘esto es lo que vas a hacer, te guste o no’”, añadió.
El mayor de los Marcos sometió a Filipinas a ley marcial en 1972, un año antes de que expirara su mandato. Cerró el Congreso y las oficinas de los periódicos, ordenó la detención de muchos opositores y activistas políticos y gobernó por decreto.
Marcos Jr. defendió esa decisión repitiendo la justificación de su padre de que la ley marcial era crucial para luchar contra la creciente insurgencia musulmana y comunista. “Era necesario —en opinión de mi padre en aquel momento— declarar la ley marcial porque ya había una guerra en ese momento”, afirmó.