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Tema espinoso: Tribus sin acceso a aguas del río Colorado

Garnett Querta llena los tanques de su camión con agua de un hidrante en la reserva de los hualapai en Peach Springs (Arizona) el 15 de agosto del 2022. El agua es sacada del subsuelo. (AP Photo/John Locher) AP (John Locher/AP)

Garnett Querta se pone sus guantes mientras detiene el camión que llevó a un parque. En cuestión de segundos, desenrolla una manguera y abre un hidrante, haciendo llegar el agua a tanques en el remolque plano del vehículo.

Tiene medido el tiempo. Tomará cinco minutos y 20 segundos llenar un tanque. Luego llenará el otro. El agua proviene del subsuelo y será transportada decenas de kilómetros por un paisaje agreste para abastecer a los aproximadamente 700.000 turistas que todos los años visitan el Gran Cañón en la reserva indígena Hualapai, al noroeste de Arizona. El sector turístico es la principal fuente de ingresos de la tribu.

El río Colorado recorre 160 kilómetros (100 millas) de tierras de los hualapai, pero la tribu no tiene acceso a su agua. Aproximadamente una docena de tribus de la cuenca del Colorado no pueden consumir su agua. Y ahora que el caudal del río baja porque se extrae demasiada agua, por las sequías y por un cambio climático causado por el hombre, las tribus quieren que el gobierno se asegure de que se protegen sus intereses.

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NOTA DE REDACCIÓN: Esta nota es parte de una serie sobre el 100mo aniversario del histórico “Colorado Compact”, un acuerdo de 1922 que regula el uso de las aguas del río Colorado. La serie es una colaboración entre la Associated Press, The Colorado Sun, The Albuquerque Journal, The Salt Lake Tribune, The Arizona Daily Star y The Nevada Independent, en la que se explora las presiones ejercidas sobre el río en el 2022.

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La tribu Hualapai tiene un acuerdo con el Congreso que incluye 180 millones de dólares para infraestructura. Pero podrían pasar año antes de que se construya un acueducto y el agua del río llegue a Peach Springs, la localidad más importante de la tribu, o al centro turístico de Grand Canyon West.

“Fue el mal menor”, afirma Phil Wisely, el director de servicios públicos de la tribu, en alusión al acuerdo. “No creo que hubiésemos podido conseguir nada más, especialmente ahora”.

El río Colorado ya no puede suministrar toda el agua que necesitan 40 millones de personas del oeste del país que dependen de ella ni a un sector agrícola que genera 15.000 millones de dólares. La Oficina de Manejo del Agua (Bureau of Reclamation) dispuso hace poco que se restrinja el suministro del agua y les pidió a los siete estados de la cuenca del Colorado que encuentren formas de conservar más agua.

A las tribus no se les asignó agua alguna cuando se firmó en 1922 un acuerdo repartiendo los derechos al agua del río.

En la reserva de los Ute, al este de Salt Lakek City, llevan años negociando la cantidad de agua que debería recibir la tribu.

Los líderes tribales dicen que están cansados de pedirle al gobierno que proteja sus intereses y se quejan de que no los han tratado bien.

“Hasta que no empiecen a resolver las desigualdades y las injusticias, no se puede solucionar nada”, sostuvo Shaun Chapoose, presidente de la Comisión Empresarial de los Ute.

En una declaración enviada a la Associated Press, el Departamento del Interior no dijo cómo se protegerán los derechos de las tribus, que son derechos federales, a medida que baja el caudal del río. Indicó que está trabajando con las tribus afectadas por sequías.

En la reserva de los hualapai llevan años procurándose agua del subsuelo.

El trabajo de Querta es agotador, pero está bien preparado para hacerlo. Es analítico, rápido y se fija metas.

El camión se desgasta mucho haciendo varios viajes diarios de casi 50 kilómetros (30 millas) por caminos de tierra y gravilla. Los espejos de afuera y el vidrio trasero están medio sueltos, sostenidos por una cinta adhesiva roja. Cualquier reparación grande del vehículo o enfermedad lo pueden dejar fuera de combate. No pudo trabajar durante dos semanas el año pasado debido al COVID-19 y nadie lo reemplazó.

“No me importó porque no quería que nadie se metiese con mi camión o con mis tanques”, dijo Querta. “Cuido el camión como si fuera mío”.

El agua que extrae es enviada por un acueducto desde Peach Springs hasta Grand Canyon West.

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Fonseca cubre las comunidades indígenas para el equipo de la Associated Press abocado a temas raciales y étnicos.

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